PLAZA PÚBLICA / Habilidoso Daniel Karam

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El 1 de marzo pasado se dio a conocer el informe preliminar de la comisión investigadora, nombrada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para indagar si hubo violaciones graves a las garantías individuales en el incendio de la Guardería ABC que destrozó la vida de centenar y medio de familias, unas porque sus hijos pequeños murieron cruelmente y otras porque los suyos sufrieron lesiones físicas y síquicas que los marcaron para siempre. En ese documento se hicieron señalamientos sobre la atención de personal del Instituto Mexicano del Seguro Social a los sobrevivientes, a partir de testimonios de los padres y madres afectados. A nadie importó ni preocupó el efecto que esos señalamientos pudieran tener sobre la reputación profesional del cuerpo médico implicado en la indagación.

Pero cuando a partir de ese informe preliminar -tal como lo señalan las reglas del propio tribunal constitucional- el Ministro Arturo Zaldívar reiteró los señalamientos en el proyecto de dictamen que el pleno de la Corte está discutiendo desde el lunes, y a esta hora, se suscitó una oleada de protestas de prestigiadas agrupaciones médicas en defensa del Instituto Mexicano del Seguro Social. Se difundió la voz de médicos eminentísimos como el doctor Jesús Kumate, sujeto ya no de respeto sino aun de veneración entre diversos sectores sociales, que abonó el profesionalismo de la atención médica practicada en el IMSS. La muy diferente reacción ante la presentación de uno y otro documentos se explica porque el proyecto de dictamen incluyó al director de ese instituto, Daniel Karam, entre los altos funcionarios que incurrieron en responsabilidad en la gestación del crimen multitudinario (ésa es apreciación mía) del 5 de junio del 2009.

Visiblemente organizada, nada espontánea, la campaña en defensa del IMSS en realidad es una defensa de Karam. En esa campaña ha cobrado singularidad la postura de la Academia Mexicana de Pediatría, que ha sido insistente en desdeñar los juicios del Ministro Zaldívar (ya antes contenidos en el informe preliminar, momento en que la Academia no se conmovió) y, en una línea de argumentación presente en muchos otros mensajes a la opinión pública respecto del tema, reprochar al Ministro ponente su posición ante la Comisión nacional de arbitraje médico (Conamed): "Consideramos lamentable la desestimación que en el citado dictamen se hace del análisis que presentó la Comisión nacional de arbitraje médico (Conamed) sobre el desempeño médico...

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