¡Paciencia!

AutorLuis Homero Echeverría

Un jugador al que el Guadalajara rechazó, Morelia mandó a su filial y Monterrey mantuvo como eterno relevo al preferir a los atacantes extranjeros es hoy el artífice del mejor resultado de una Selección Mexicana en la historia: oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Oribe Peralta, quien marcó los 2 goles en la victoria ante Brasil, tuvo que andar más de 9 años en el futbol mexicano, desde el día de su debut, para alcanzar la distinción de meter un gol en una competencia olímpica.

Apenas el año pasado, Peralta comenzó a ser convocado con cierta frecuencia a la Selección Mayor, a raíz de la necesidad de armar un equipo alterno para jugar la Copa América en Argentina, pero su historia es larga.

Originario de la localidad de La Partida, perteneciente al municipio de Torreón, Oribe hizo su incursión en el balompié a través de su preparación en el Centro de Sinergia Futbolística de Gómez Palacio (Cesifut), con la dirección de Salvador Necochea.

A través de él consiguió una prueba en el Guadalajara en la época de Óscar Ruggeri como técnico. El "Cabezón" le encontró virtudes al delantero, pero cuando fue cesado del banquillo rojiblanco, su sucesor y la dirigencia no mostraron mayor interés y lo echaron del club.

Poco antes también había sufrido el recorte de una Selección Sub 17.

De nuevo en el Cesifut, Peralta esperó casi un año para tener otra oportunidad a través de una prueba con el Morelia, equipo que lo contrata y lo debuta en Primera durante el Clausura 2003, y al final del torneo lo manda al León, entonces su filial en la entonces Primera A.

Tras un año con La Fiera lo ficha Monterrey para 4 torneos cortos de suplencia, siempre por debajo de nombres como Hugo Rodallega, Guillermo Franco y hasta Reinaldo...

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