Paraíso en Los Cabos

AutorSTAFF

Zadún, que deriva de la palabra dunas, establece una conexión directa de la arquitectura con el desierto y la costa de Puerto Los Cabos. El primer hotel Ritz-Carlton Reserve en México recupera los orígenes de la tierra y, al mismo tiempo, lo conlleva a un homenaje a ésta.

Por esa razón posee una distribución privilegiada, pues para resolver que los diferentes volúmenes se mimeticen con el paisaje, se decidió esparcir a lo largo de la colina 40 lujosos edificios de dos niveles con tres suites cada uno.

"La iluminación, la cromática y la vegetación que lo caracterizan son elementos con mucha fuerza, lo que fue una invitación natural. Para este efecto, en ABAX Arquitectos partimos de la idea de una serie de planos horizontales que emergieran del terreno y el uso de grandes volados en color negro que por su disposición acentuaran el juego de luces y sombras aprovechando la luz inigualable del desierto de Baja California", detalló Pablo Blasco, director del proyecto.

Sin duda, el resort hace referencia a las formaciones naturales en las que se encuentra ubicado y cuenta con vistas espectaculares del Mar de Cortés que incorporan al exterior.

"Para afectar lo menos posible la topografía, fue necesario trabajar de manera particular en cada uno de los inmuebles sin hacer grandes muros de contención ni movimientos. Durante la construcción se retiraron las plantas y se llevaron a un vivero de manera temporal para que una vez terminado, un porcentaje de ellas fueran plantadas de vuelta, regresándolas a su hábitat inicial.

"Por otro lado, la disposición de los bloques hacía que el uso de grúas y maquinaria pesada no fuera opción, por lo que se llevó a cabo casi de manera artesanal", comentó Fernando de Haro, socio del taller.

De acuerdo con ambos arquitectos, el corazón del desarrollo es un cubo de triple altura que aloja en su interior el bar principal que distingue al recinto, pues presume una piel que lo envuelve, diseñada por el artista Jesús Jáuregui.

REFUGIO CONTEMPORÁNEO

La propiedad de siete hectáreas consta de 115 habitaciones clasificadas en 15 categorías, entre las que sobresale la Grand Reserve Villa, de más de 550 metros cuadrados. Su elegante diseño corrió a cargo del estudio mexicano Uribe Krayer.

"Cuidamos que la selección de los materiales fuera acorde con el sitio, utilizando piedra de la región, maderas, aplanados y mármoles en una gama de tonos que van desde los cafés, ocres y arena, así como el aluminio y acero. En cuanto a éste...

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