Paraíso exclusivo

AutorJuan Carlos Molina

FOTOS: Ricardo Esteves

JALISCO.- Estamos en Puerto Vallarta, pero el sabor a todo México y a su arte cobija la experiencia del huésped en el Hyatt Ziva.

Los motivos nacionales abundan en cada rincón de este hotel: alfarería, esculturas en madera y tejidos le confieren un distintivo particular.

Coloridos textiles, como los que se producen en Oaxaca, adornan varias habitaciones y áreas comunes. Algunos rehiletes tejidos en palma engalanan las paredes de otras, mientras que los sofás presumen cojines con bordados estilo Tenango.

A estos detalles se suma el diseño arquitectónico de este resort que garantiza una vista privilegiada del océano desde cualquier rincón, ya sea en una de las 335 habitaciones o en los diferentes restaurantes y albercas.

Quienes elijan quedarse en la planta baja de cualquiera de las dos torres gozarán de una ventaja extra: una alberca semi-privada desde la que se puede pedir una refrescante bebida y tomar el sol a placer.

Pero incluso aquellos que no cuenten con esta amenidad seguro encontrarán un espacio libre en una de las albercas infinity o en alguno de los camastros de la playa Las Estacas.

Además, con un detalle inesperado que la naturaleza ha obsequiado a este paraje: una playa delimitada de otras propiedades por formaciones rocosas, creando una exclusiva atmósfera.

Y cada visita se torna única porque se crean experiencias según los gustos de cada huésped; el propósito es que se lleve el mejor recuerdo y desee volver. De hecho, hay quienes encuentran un sitio familiar aquí porque conocen bien a varios integrantes del personal.

"A una pareja que ha venido con frecuencia, en su último año le tomamos una foto con miembros del staff a los que quieren mucho. El día de su salida les entregamos la imagen enmarcada para que siempre nos llevaran con ellos", dice Edgar Iglesias, director de operación de cuartos del hotel.

MÁS ALLÁ DE UN CAMASTRO

No es necesario dejar el resort para tener acceso a las numerosas posibilidades que permite este destino: paseos por la selva cercana, juegos de voleibol acuático, competencias de blackjack, torneos de ping pong y entretenimiento nocturno.

"El promedio de estancia es de siete días. Para evitar que sea aburrido hacemos modificaciones cada cierto tiempo: presentamos espectáculos nuevos y eventos temáticos, como noches de casino", afirma Iglesias.

Pero también hay otras amenidades que no necesariamente aparecen en el itinerario y que deleitan a los visitantes, como el paso de un...

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