Penitencia de pocos católicos

AutorRebeca Pérez Vega

Hay quien no puede resistirse a las delicias de la época y se deja seducir por la dulce capirotada o a las tradicionales empanadas de Cuaresma, pero estos días de meditación y sufrimiento por la muerte de Jesucristo hay quien todavía cumple penitencia a través del ayuno.

Aunque no son muchos. La tradición que se vio arraigada en distintos sectores durante el siglo 20 ha dejado de tener fuerza entre los feligreses.

Ya no se cree en el pecado, en la penitencia, ni en el sufrimiento para ganarse el cielo, ahora se vive en una sociedad en la que impera el placer, advierte el académico Fabián Acosta Rico, integrante del Centro de Estudios Religiosos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.

"Para las generaciones actuales, el ritual dejó de tener todo el peso teológico y dogmático, lo que el ayuno y el ascetismo cristiano pesaba hace algunas décadas.

"La Semana Santa es para penar y dolerse de los pecados, la penitencia y el ayuno tienen como objetivo buscar el perdón por los pecados cometidos, pero eso se sigue muy poco, incluso hay quien ya no cree ni en el pecado", relata el académico.

Manuel Ocampo Ponce, doctor en filosofía y letras, expresa que la privación del alimento provoca que el cuerpo se someta a la voluntad del intelecto, que se establezca un control y fortalecimiento del interior.

"El tiempo de la Cuaresma es un tiempo de purificación, de penitencia y por eso nosotros nos vamos preparando como Jesucristo, quien ayunó 40 días y 40 noches, con el sentido de comprender que no...

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