Perspectiva Empresarial/ ¿ Por qué nos falta infraestructura?

AutorCarlos Hermosillo Okhuysen

El anunciado cierre por las noches del Aeropuerto de Guadalajara para reparar su UNICA pista es sin duda una señal de alarma sobre el problema tan grave que tenemos de falta de infraestructura. No es posible que una ciudad de la importancia de Guadalajara, que se pretende posicionar como un centro de manufactura y de distribución, opere con un Aeropuerto que tiene sólo una pista, misma que al quedar inhabilitada por mantenimiento o por algún accidente obliga a cerrar las operaciones.

Este es uno de tantos problemas derivados de malas políticas que propiciaron el desperdicio de recursos en proyectos que fueron un barril sin fondo, recordemos la Universidad del Tercer Mundo de Echeverría, en lugar de proveer al país de la tan necesaria infraestructura. Durante años, la comunidad empresarial de Jalisco ha estado peleando porque se satisfagan las necesidades de instalaciones en el aeropuerto para el manejo de carga, sobre todo internacional. Hasta donde se sabe, no existe un proyecto para dotar a corto plazo de una pista adicional, aunque debió ser una exigencia para quienes lo adquirieron cuando se privatizó.

Hay ciudades como Winnipeg, Canadá, que parte importante de su estrategia de desarrollo es tener un aeropuerto moderno, particularmente especializado en el manejo de carga, aprovechando su corta distancia en línea recta con las ciudades más importantes del mundo. Esto es indicativo de que lo que en alguna época pasada fue la navegación marítima y después los ferrocarriles, lo es ahora la transportación aérea en nuestro país, y en Guadalajara en particular, no debe quedar rezagada en este renglón de desarrollo.

Esta grave deficiencia nos debe hacer reflexionar sobre cuál es la causa de la carencia de infraestructura en general, qué se debe esperar y qué debemos hacer para remediar este problema. Por principio de cuentas se debe de hacer un reconocimiento del impacto que tuvo la corrupción imperante y, aunque doloroso, este análisis debe de servir para que la sociedad esté consciente de la importancia de tener un honesto manejo de los fondos públicos.

La práctica común ha sido que, para cualquier obra de infraestructura, el contratista que la realiza tiene que inflar el precio para darle una participación a quien se la adjudica, y además crear una provisión para que, a lo largo del desarrollo de la obra, se puedan dar "mochadas" al residente que certifique y reciba la obra; "mochada" a quien tramita los cheques y a alguno que otro inspector...

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