Pie plano

AutorLizeth Villegas

Quizás una de las partes del cuerpo que menos se atienden son los pies. A pesar de las largas jornadas de trabajo no se les dedica el tiempo posible, y lo más frecuente es que se desconozcan las enfermedades que pueden padecer.

Una de las patologías más comunes que se sufren en México es el pie plano, que aunque por lo general no causa mayor problema, a veces necesita de cirugía y pronta atención para remediar el mal.

"El conocido pie plano es descenso o vencimiento del arco longitudinal del pie ", señala el ortopedista y traumatólogo Carlos Cuevas de Alba.

Existen diferentes tipos de pie plano, que en su mayoría son de nacimiento; de hecho sólo uno se adquiere.

"Casi un 95 por ciento de los niños que nacen tienen los pies planos flexibles. Los papás lo describen como un tamalito, ya que el pie luce gordito y no deja ver el arco.

"Esto se puede deber a que el bebé tiene un aumento n la grasa plantar, o porque tiene una elasticidad tan grande en sus huesos que no permite que el arco se note. Esto es normal y fisiológico, y poco a poco se les va quitando (se quita entre los 3 ó 5 años).

La mayoría de la gente piensa que los zapatos ortopédicos son la única solución a este mal, pero existen otros tratamientos que pueden solucionar este padecimiento.

"Desgraciadamente los padres quieren resolver el problema siempre con zapatos ortopédicos, y no siempre se necesitan para resolver el problema", dice Cueva de Alba.

Aparte de ser duros y poco estéticos, los zapatos ortopédicos pueden causar un malestar psicológico a los niños, ya que muchas veces los convierte en blanco de burlas, no querrán salir con ellos, y muchas veces se utilizan sin ser verdaderamente necesarios.

"Es importante que los padres hagan una valoración ortopédica a sus hijos, cuando éstos cumplan dos años y ya caminen completamente solos.

"En este examen se le revisan al bebé pies, brazos, cadera, columna y demás. Se evalúa su forma de caminar, su marcha y se descartan patologías que alteren sus pies, como por...

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