Los Pinos para todos

AutorYanireth Israde

MÉXICO.- Yolanda Guía, ingeniera agrónoma de Salamanca, Guanajuato, se ajustó los lentes negros para caminar entre los asoleados senderos de Los Pinos y cuando quiso buscar alguna cuchara que utilizó el ex Presidente decidió retirárselos.

Quería conocer, al asomarse a la cocina de la casa Miguel Alemán, los cubiertos del anterior mandatario o de su familia, de quienes comen bien, al contrario de ella, desempleada y sin alimento seguro. No encontró ni una cuchara y eso atizó su indignación.

"¡Se llevaron todo! (...) Ya no queremos eso: mi abuelo, mi mamá, mis hermanos, mis sobrinos...¡cuatro generaciones en la ignorancia y en la miseria por la mentira, el robo y la corrupción!", se enfadaba la mujer.

Los lentes oscuros le cubrían, además de los ojos, la rabia que transmitía su voz enardecida.

La apertura, ayer, de la Residencia Oficial de Los Pinos como recinto cultural gratuito para el pueblo de México -promesa de campaña del Presidente Andrés Manuel López Obrador-, indignaba y consolaba a la vez.

"Aquí está el dinero que nos han robado", lamentaba Eugenia, ama de casa de la colonia Héroes de Guerrero, en Acapulco, quien acudió con un contingente del puerto, que fue repartido en tres camiones.

Se reunieron en la puerta de Los Pinos para corear, antes de su apertura pública a las 10:00 horas: "Es un honor estar con Obrador".

El jubiloso estruendo acapulqueño se repitió en las escalinatas de la casa Miguel Alemán y en los descansos de la residencia, como si a fuerza de voces marcaran el territorio: más alto el grito, más propio el espacio.

Eugenia se desprendió del grupo para descansar y, mientras lo hacía, miraba atenta los jardines, como antes observó muebles relucientes, lámparas de cristal, cuadros de Luis Nishizawa, libros portentosos en tamaño -del escultor Sebastián, por ejemplo- sobre mesas de sala.

"Están descuidadas", advirtió sobre las plantas. "No las han podado como deben; con unas tijeritas podrían hacerlo, como yo acostumbro, y lucen frondosas. También las cortinas de la casa estaban sucias", señaló.

Pero las "chicas" de azul, como conocían en Los Pinos al personal de intendencia, por su uniforme marino, se esmeraban ayer en la limpieza, no solo del lugar; sino también de la reputación del ex Presidente Enrique Peña Nieto y de su esposa Angélica Rivera.

"Siempre nos saludaban, fueron muy...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR