Pitayas de tradición

AutorBrenda Sánchez

Las Nueve Esquinas tienen nuevos inquilinos... y clientes.

En canastas de mimbre, sobre camas de alfalfa fresca, Leobardo López, "Leo", oferta las pitayas a clientes que llegan a pie, en moto, carro o bicicleta al cruce de Colón y Nueva Galicia.

El puesto semifijo forma parte de los 120 permisos de venta que autorizó el Gobierno de Guadalajara desde mediados de marzo, y es una tradición en la familia de Leo.

"Yo tengo toda la vida viniendo porque mi bisabuela fue la que abrió este mercado en las Nueve Esquinas. Ella nos platicaba que traía las pitayas en tren pasajero, porque por Techaluta pasaba el tren, y nos contaba que ella las empezó a traer con espinas. No las traía como ahora las conoce la gente, ya limpias", relata el hombre mientras atiende a la clientela.

Elisa Becerra, su bisabuela, llegaba a la plazoleta de las Nueve Esquinas con huacales llenos del fruto. Vendía todo y volvía a su natal Techaluta de Montenegro, al sur de Jalisco.

Ella misma ideó una nueva manera de transportar más pitayas y mantenerlas frescas, recuerda el hombre. Les quitó las espinas y las puso en canastos con alfalfa fresca. La fórmula sigue vigente: un cama de alfalfa, seguida de una tanda de pitayas y así hasta llenar el canasto.

"A veces la gente piensa que las...

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