PLAZA PÚBLICA / Carmen Aristegui

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Carmen Aristegui se encuentra hoy en Madrid. Es miembro del jurado que anunciará mañana los ganadores de los premios internacionales de periodismo Rey de España, en su vigesimoquinta edición. Al certamen convocan la Agencia Española de Cooperación Internacional, a cargo de la Secretaria de Estado, Leire Pajín, y la agencia EFE, encabezada por Álex Grijelmo, un gallardo promotor de la lengua que nos es común, y que antes de presidir la empresa estatal de noticias fue director de contenidos del Grupo Prisa.

Además de la periodista mexicana integran el jurado, presidido por Pajín y Grijelmo, Lucy Molinar, de la W panameña; Silvia Miró Quesada, de El Comercio de Lima; Jaime Abello, director ejecutivo de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (la iniciativa de Gabriel García Márquez patrocinada por Lorenzo Zambrano); el diplomático israelí Shmuel Hadas, y Elarbi El Harti, del Instituto Cervantes en Casablanca, Marruecos.

Carmen Aristegui fue invitada por su trayectoria propia, no por su pertenencia a W Radio en México. De lo contrario, se habría cancelado su participación en el jurado, ya que el 4 de enero la emisora manejada por el grupo español Prisa (según confesó paladinamente su socio mexicano Televisa) resolvió no renovar el contrato anual que cuatro veces antes se había revalidado sin problema y con pleno asentimiento de las partes. La presencia de la comunicadora mexicana en Madrid es una muestra más del respeto que en los ámbitos nacional e internacional de la información se profesa a su persona y a su trabajo.

En México, la conclusión de sus tareas cotidianas en W Radio ha dado lugar a una reacción amplia y firme del auditorio que se manifiesta agraviado por la decisión empresarial que lo privó de una voz confiable, rasgo no frecuente en un medio donde abunda el mercenarismo. En miles de mensajes dirigidos a la propia periodista o incluidos en páginas de la red destinadas a conocer la posición del público respecto de temas cruciales se ha expresado, además de indignación por lo que se juzga un acto de censura, dada la calidad y la independencia del programa encabezado por Carmen, desazón y desconcierto por las torpes decisiones empresariales de la administración española. Cuando hace siete años Prisa incluyó a México en su plan de crecimiento en América Latina y Estados Unidos, y se asoció para ello con Televisa, se explicó que su participación de 50 por ciento (en una industria donde está prohibida en lo absoluto la inversión...

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