PLAZA PÚBLICA / Consolidar quiere decir evadir

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

En mayor medida aun que el incremento de 1 por ciento al Impuesto al Valor Agregado, de 2 por ciento al de la Renta y de 3 por ciento a las telecomunicaciones, la atenuación del régimen de consolidación fiscal ha provocado protestas, quejas y pedidos de rectificación. Es comprensible que eso ocurra porque los contribuyentes en general, afectados por los gravámenes al consumo y al ingreso, carecen de organización específica o ésta es apenas incipiente. En cambio, las empresas que ven afectado su funcionamiento por la modificación al privilegio que casi las exime del Impuesto Sobre la Renta han podido manifestarse por sí o a través de la más variada representación. Favoreció su causa el que la Cámara de Diputados, que no se atrevió a entrar de lleno al tema, apenas lo tocara y además lo abordara defectuosamente, pues su pretendida aplicación retroactiva hace endeble la reforma, susceptible de ser combatida mediante el amparo.

Una mente prejuiciosa podría encontrar en la propuesta del Ejecutivo suficientes signos como para pensar en que no llegue a tener efectos, aparentando, sin embargo, que se toca ese régimen de excepción, que permite combinar pérdidas de unas empresas con ganancias de otras y así presentar utilidades disminuidas, o diferir el pago correspondiente. La iniciativa presidencial a este respecto dice que el "esquema actual no prevé una fecha determinada para el pago del ISR diferido, lo que representa un sacrificio para el erario público federal. El esquema actual del régimen de consolidación fiscal permite que las sociedades controladas empleen estrategias como la deducción inmediata, para generar pérdidas, o bien opten por incorporar empresas perdedoras al grupo, y así prorrogar el pago del impuesto diferido por largos periodos de tiempo". Los diputados establecieron que el año próximo las empresas cubran el 40 por ciento de los pagos aplazados y el resto se haga en cuatro pagos de 15 por ciento cada año.

Desde antes de aprobada esa tibia reforma fue objetada por diputados priistas que hicieron suya la preocupación empresarial. El 19 de octubre, cuando la Comisión de Hacienda de la Cámara se encaminaba apenas a dictaminar la iniciativa presidencial, que incluía una tímida revisión de la consolidación fiscal, expresaron su rechazo a esa enmienda "dado que no se han considerado todos los efectos perniciosos que tal medida acarrearía frente al desarrollo y crecimiento de la economía del país". En la misma línea que los...

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