Plaza Pública/ Fox & Co

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Ha nacido la república empresarial. Al presentar ayer a su Gabinete económico (la Cancillería incluida), el Presidente electo Vicente Fox imprimió un giro de 180 grados a las pautas de integración de un equipo presidencial. Ya no se reclutará a los Secretarios de Estado de las filas de políticos y administradores profesionales. Toca el turno a los empresarios. Ese es el sello del grupo de colaboradores dado a conocer ayer: de los ocho responsables de Secretarías, cinco participan de esa condición. Ocurre una paradoja: el titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, tuvo que pasar por un periodo de privatización, que interrumpió su largo camino en el servicio público, antes de llegar a esta posición.

Se trata de una profunda mutación cultural. Su origen está en un prejuicio o una convicción, y se alimenta de una experiencia desafortunada. Esta consiste en el desastroso estado de la función pública encargada a la clase priísta o parapriísta. A la luz de sus resultados globales, buena parte de la sociedad ha resuelto intentar una opción diferente: puesto que los políticos no actuaron a la altura de las necesidades, probemos a los empresarios, sobre todo a aquellos que protagonizan historias de éxito. La convicción, o el prejuicio, supone que los empresarios son de suyo mejores administradores que los burócratas, aunque no se trate de los dueños los negocios, sino de los ejecutivos. Se presume, asimismo, que la extensión de las técnicas de la gestión privada al ámbito público es beneficiosa de por sí, pues elimina de cuajo los defectos de la burocratización.

Aunque no con la abundancia que en esta primera tanda de nombramientos, no es la primera vez que empresarios forman parte del gabinete Federal. No me refiero a los que salieron de la administración para convertirse en hombres de empresa. Digo de los que siguieron la ruta inversa: el Presidente Alemán incorporó a dos empresarios a su Gabinete: Antonio Ruiz Galindo (DM Nacional, Hotel Ruiz Galindo) fue Secretario de Economía Nacional durante casi tres años, y durante todo el sexenio lo fue de Agricultura Nazario Ortiz Garza (Cía. Vinícola de Saltillo, Cía Vinícola de Aguascalientes). El Presidente Echeverría nombró Secretario de Industria y Comercio a José Campillo Sáinz (que era más bien representante empresarial) y de Turismo a Julio Hirschfeld (H. Steele y Cía). López Portillo confió la SPP a Ricardo García Sáinz (también más representante que empresario) y De la Madrid, Salinas y Zedillo...

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