PLAZA PÚBLICA / Gabinete tecnocrático

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Ernesto Cordero ha quedado reducido a una condición inequívoca. Ya no es secretario de Hacienda sino sólo candidato a la postulación presidencial. Legisladores con licencia dos de sus contendientes, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, sólo queda el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, como aspirante que al mismo tiempo cuenta para su promoción con los recursos políticos y financieros que les aporta su cargo. No será muy cruda, pero por primera vez Cordero vivirá a la intemperie o, para decirlo en el lenguaje evangélico, en "las tinieblas exteriores, donde es el llanto y el crujir de dientes".

A su renuncia, y la del secretario de Salud, siguió un breve reajuste ministerial. En el nuevo gabinete, se acentuó más que nunca la doble característica que ha identificado al equipo de Calderón: impera la tecnocracia y priva la cercanía con quien es ahora el Presidente, pues casi todos han trabajado desde hace una década a su lado, y los más de ellos lo han hecho sólo con él. Tales rasgos quizá favorezcan la coherencia interna del gobierno pero al mismo tiempo lo encierran en una burbuja.

Todos los involucrados se graduaron en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y siguieron estudios superiores en universidades norteamericanas. Se les imprimió así una visión unilateral de las cosas del gobierno y de la realidad que desde allí buscan modelar. Salvo José Antonio Meade, que a su licenciatura en economía en el ITAM agrega una en derecho, obtenida en la Universidad Nacional, todos los demás están troquelados en un molde que los asemeja tanto que la interlocución que practiquen equivaldrá a una serie de monólogos al cabo de los cuales cada quién pensará, admirativamente: "¡qué inteligente es fulana o fulano! Piensa lo mismo que yo".

También el doctor José Ángel Córdova pasa a un terreno escabroso, el de la contienda electoral en Guanajuato. Ya hemos recordado que hace seis años su paisano Javier Usabiaga dejó la Secretaría de Agricultura para encaminarse al gobierno de su estado y no libró el escollo que significa la derecha extrema en el panismo guanajuatense. El riesgo de Córdova es mayor ahora, pues algunos grupúsculos ultramontanos han de cubrir su nariz para no oler el azufre que emana de la condición demoniaca que le atribuyen. Y es que la mayor parte de los dilemas entre su credo religioso y la norma que estaba obligado a acatar se resolvieron a favor de ésta, como corresponde a una república laica, con una sociedad cuyos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR