PLAZA PÚBLICA / Inexactitudes presidenciales

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Como se dijo en este mismo lugar anteayer, era preciso que el Presidente Calderón expresara su parecer en torno de las revelaciones de Elba Esther Gordillo y Miguel Ángel Yunes. Hubiera sido mejor que, al dar a conocer su versión de los hechos, se hubiera producido con verdad. Y no lo hizo. Apesadumbra a quien respeta la institución republicana aseverar llanamente que el Presidente Calderón mintió. Digamos, en consecuencia, que dijo poca verdad. O la envolvió en circunloquios para no aceptar que cedió una parte de la Administración federal a una ciudadana particular (Gordillo lo es aunque tenga una intensa vida pública, y sean públicos asimismo los efectos de sus acciones) como consecuencia de haber entablado con ella un pacto político antes y no después de julio de 2006, una alianza para la calidad educativa. Un documento con ese nombre en efecto existe, pero no puede ser utilizado como disfraz del arreglo por el cual Gordillo contribuyó, de manera legal e ilegal, al resultado formal de la elección presidencial de ese año.

Gordillo no se refirió a la Alianza por la Calidad de la Educación, un ambiguo instrumento, entre laboral y académico, cuya instrumentación ha sido estorbada por los representantes magisteriales o manejada por ellos cuando se les ha permitido controlar algunos de sus aspectos. La firma de ese documento, que confunde la relación de trabajo entre el SNTE y la SEP (relación necesariamente bilateral) con indelegables decisiones de autoridad, fue acompañada, y no se refirieron a ella Gordillo ni Calderón, con el nombramiento del yerno de la dirigente magisterial, Fernando González Sánchez, como subsecretario de educación básica y normal.

La mejor excusa aducida por el Presidente Calderón en su entrevista con León Krauze (una presencia y una voz fresca que escapa al gastado estilo informativo de Televisa y sus filiales) es que no hizo más que respetar hechos consumados. Sin mencionar a Fox, sino sólo aludiéndolo, recordó que su antecesor y Gordillo habían convenido prebendas que él no hizo más que reconocer y respetar. Es cierto que Benjamín González Roaro, ahora director de la Lotería Nacional conforme al pacto refrendado, antecedió a Yunes en la dirección del ISSSTE. Pero no es verdad que hubiera un pariente tan cercano a Gordillo como su propio yerno en el encargo de dirigir la educación básica y normal.

El pacto que Calderón pretende le sirva de coartada, entre Gordillo y Fox, no surgió de servicios prestados de modo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR