Plaza Pública / Ley de Voluntad Anticipada

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Por unanimidad de los miembros presentes (56 de un total de 66) la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó anteayer la Ley de Voluntad Anticipada. Por lo menos algunos de los 10 ausentes se abstuvieron de asistir a la sesión para no votar contra su conciencia ni tampoco estorbar un proceso legislativo inédito. La legislatura local capitalina no se caracteriza por la frecuencia de sus consensos y menos aun por la unanimidad, que es un concepto a menudo ajeno aun en el interior del grupo dominante, que es el del PRD, en el que esta vez se depusieron las querellas.

En las márgenes de la discusión mundial sobre la eutanasia, desde hace más de una década ha surgido en el mundo un debate sobre el derecho a una muerte digna. Es clara la distinción entre uno y otro concepto, pues la muerte asistida implica la acción de un tercero que contribuye a poner fin a la vida de una persona que expresa su deseo de concluir sus días. En la ortotanasia, en cambio, sólo se expresa la voluntad de un enfermo sobre el tratamiento que desearía recibir si llegara a un estado terminal. Sólo se pide a terceros -familiares, médicos, personal hospitalario- no prolongar la vida de manera innecesaria.

El Colegio de Bioética, AC, una benemérita agrupación que se ocupa de éste y otros temas, produjo hace un año un modelo de documento de voluntades anticipadas, parte medular de la ortotanasia. "Para la elaboración de este modelo -escriben los doctores Asunción Álvarez del Río y Arnoldo Kraus, miembros de ese colegio- consultamos la experiencia de diversas agrupaciones a quienes expresamos nuestro reconocimiento: Grupo de opinión del Observatori de Bioética i Pret, de Barcelona; la Fundación pro derecho a morir dignamente, de Colombia, la Asociación Derecho a morir dignamente de España".

Los autores incluyeron el modelo de voluntades anticipadas en el capítulo "Eutanasia y suicidio asistido" que forma parte de la obra La construcción de la bioética, coordinado por los doctores Ruy Pérez Tamayo, Rubén Lisker y Ricardo Tapia, todos ellos premios nacionales de ciencias e impulsores del colegio mencionado. El libro se terminó de imprimir en marzo de este año y no tardó en generar sanas reacciones legislativas. En abril siguiente, el senador perredista Lázaro Mazón Alonso presentó en su Cámara un proyecto de ley sobre muerte digna que, bien entendido como diferente a la eutanasia, tuvo una cordial acogida por el presidente de la Comisión de Salud del Senado, el panista...

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