Plaza Pública/ Napoleón Gómez Urrutia

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Lo que un ex líder de su partido, el PRI, rehusó hacer, lo hizo un ex dirigente patronal: Napoleón Gómez Urrutia es ya, legalmente, el secretario general del sindicato minero. El 3 de diciembre la Secretaría del Trabajo tomó nota de que suple a su padre, Napoleón Gómez Sada, fallecido el 11 de octubre pasado. Con esa penosa circunstancia, con el paso del tiempo y una sonrisa recíproca, se curó la inelegibilidad del dirigente minero. Cuando Mariano Palacios Alcocer fue titular de esa Secretaría, dejó en vilo la designación del hijo en reemplazo del padre. Tenía razón, pues Gómez Urrutia había sido inventado como trabajador minero para combatir la oposición interna.

Gómez Urrutia fue un notable funcionario de la tecnocracia priísta. Llegó a ser director de la Casa de Moneda, cuando David Ibarra fue Secretario de Hacienda. Su padre encabezó el sindicato durante cuatro décadas, desde 1960 hasta que una enfermedad lo postró e hizo necesario aplicar el extraño mecanismo por el cual heredó la secretaría general.

En 1999 se intensificó la impugnación a Gómez Sada. Uno de sus compañeros, Elías Morales Hernández, presidente del consejo de vigilancia, aspiró a sucederlo, pero no sólo fue frenado en ese propósito, sino que se le expulsó del sindicato, junto con Benito Ortiz Elizalde, a quienes desde entonces la retórica del gomismo minero identifica con los hermanos Villarreal, propietarios del Grupo Villacero. Otro opositor a Gómez Sada, Gerardo Páez, ha sido colocado en semejante papel respecto del Grupo México.

Para disimular el entredicho en que fue puesta su designación, y al mismo tiempo para presionar su reconocimiento, Gómez Urrutia magnificó el enfrentamiento sindical con esos grupos empresariales, a quienes acusó de prohijar la oposición en su contra. Como otros litigaran en pro de su causa, un "bloque de unidad minera de los estados de Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Hidalgo, San Luis Potosí, Querétaro y Zacatecas" sintetizó hace poco esa doble vertiente de una estrategia que ya resultó exitosa. Por un lado, presentarse como ardientes defensores de los derechos sindicales y por otra reclamar la autonomía del gremio.

"En el caso del grupo Villacero ðdijo en septiembre Gómez Urrutia escudado tras la firma de Juan Luis Zúñiga, no dirigente local, sino delegado del comité nacional en Hidalgoð es necesario analizar el importante papel que jugaron algunos esquiroles pertenecientes a la Cia. Fundidora Monterrey que se prestaron, engañando a todos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR