PLAZA PÚBLICA / Partidos dispendiosos o solidarios

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

En una época en que aun los grandes consorcios pasan apuros para cubrir sus deudas o por lo menos sus vencimientos inmediatos, o despiden personal para sobrevivir, un grupo de empresas disfruta de un financiamiento amplísimo, siempre en aumento, viva el país momentos de crisis o de bonanza. Esas empresas son los partidos políticos, entidades de interés público en que no se nota la pobreza que agobia a buena parte de los negocios del país.

El IFE asignó el jueves los dineros que gastarán los partidos en este año. Suman más de 3 mil millones y medio de pesos (3 mil 633 millones de pesos para ser exactos). Ese monto resulta de la reforma constitucional de 2007 y el código de 2008, que redujeron los niveles del financiamiento público a los partidos. De estar vigentes las reglas previas a esas fechas, en vez de 3 mil y pico de millones de pesos el gasto electoral hubiera llegado a cerca de 6 mil millones (5 mil 872 millones de pesos). El ahorro, o la diferencia para llamarla mejor, resulta de que los partidos no gastarán un peso en mensajes de radio y televisión, que solían absorber la mayor parte del gasto partidario.

El partido mejor dotado con el dinero público para este año es Acción Nacional, que recibirá mil millones de pesos en números redondos (mil 009.950 exactamente), seguido por el PRI, a cuyas alforjas ingresarán 706 millones; y por el PRD, que recibirá 607 millones. Con alguna distancia respecto de los tres primeros, al Verde le tocan 304 millones, 288 al Partido del Trabajo y 272 a Convergencia. A pesar de que apenas debutaron en la liza electoral hace tres años, a Nueva Alianza y al Partido Socialdemócrata no les va nada mal: aquél tendrá 255 millones, y éste 190.

No crea usted que el abultado financiamiento se explica por las campañas para la renovación de la Cámara de Diputados. La asignación respectiva llega apenas a la cuarta parte del total: 819 millones del total de 3 mil 600 millones. Más de 2 mil 700 millones serán para gastos ordinarios, es decir, para la operación normal de los partidos, los sueldos y salarios de su personal y sus gastos de representación; para vehículos y otros enseres, para equipo de oficina, para inmuebles.

Los partidos no son ricos sólo por la munificencia del órgano electoral federal. Sus finanzas prosperan con otros ingresos. Son principales los que otorgan los institutos y consejos electorales locales. En algunas entidades ese financiamiento es considerable, y si bien debe aplicarse a las...

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