PLAZA PÚBLICA / El PRD y el Trife

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha solido generar conflictos en el PRD. Esa instancia judicial resolvió que Jesús Ortega fuera el presidente del partido hace cuatro años, en vez de decretar la nulidad del proceso interno. Y con ello radicalizó las rivalidades entre los grupos contendientes. El propio tribunal resolvió que la candidata a jefa delegacional en Iztapalapa, hace dos años, no fuera Clara Brugada, lo que dio origen a nuevas pugnas internas. Sin embargo, merced al activismo de Andrés Manuel López Obrador y tras complicadas maniobras políticas, Brugada quedó al frente de esa demarcación. Antes, el Trife (como sigue llamándosele por economía de esfuerzo) había obligado al PRD a presentar en Tlaxcala una candidatura que no quería impulsar.

Ahora ese partido se enfrenta a serias dificultades, derivadas de nuevo de otro fallo de la sala superior del TEPJF. El viernes pasado ese órgano resolvió a favor de militantes encabezados por el senador Carlos Sotelo, que son inválidos los acuerdos tomados por el Consejo Nacional perredista, que prorrogaron indebidamente el mandato de sus consejos, congresos y direcciones. Los integrantes de esos órganos deberían ser sustituidos en marzo pasado, pero se alargó la vigencia de su elección hasta diciembre próximo. El tribunal electoral dispuso que no sea así, y fijó el 15 de noviembre como límite para la integración de nuevos órganos. Paradójicamente, autorizó al Consejo Nacional, declarado ilegal, que restaure la legalidad interna mediante la convocatoria a elecciones.

Anteayer lunes, la Comisión Política Nacional acordó acatar (no le quedaba otra salida) la resolución del tribunal, aunque hacerlo no será sencillo. La dificultad consiste en que conforme a los estatutos de partido son los comités seccionales los que deben elegir a consejeros y congresistas, y no existen tales comités. De modo que, a marchas forzadas, deberán organizarse esos órganos, cuyo número es apabullante: como su nombre lo indica, debe funcionar uno por cada sección electoral, que suman 65 mil en total. Ante la gigantesca labor de organización que ello implica, la dirección perredista podría optar por una elección directa de sus líderes estatales y nacionales. Pero el PRD ha vivido experiencias amargas en ese tipo de comicios, y seguramente se llegará a ese extremo sólo en caso de necesidad última.

El tiempo de que dispone el PRD está regido por la legislación electoral, es decir que no puede ya...

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