DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Del trasiego

AutorCatón

Hoy aparece aquí "El Chiste Más Pelado en lo que Va del Año". Badomía más reprobable que ésta será difícil encontrar. Leyó ese cuento doña Tebaida Tridua, presidenta ad vitam interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, y le sobrevino un insulto de gota que su médico de cabecera hubo de tratarle con ungüento de populeón, pomada hecha con manteca de puerco, adormidera, belladona y hojas de álamo negro. Las personas que no tengan a mano ese remedio harían bien en abstenerse de leer tan execrable chascarrillo. Mejor pídanle a alguien que se los lea... Soy autor de una tesis que algún sociólogo deberá juzgar, ya para confirmarla, ya para desecharla por errónea. Mi teoría se llama "del trasiego", y tiende a demostrar cómo las cosas que alguna vez fueron de ricos serán alguna vez usadas por los pobres, y lo que era de pobres llegará a ser un día moda de los adinerados. Pondré ejemplos. Comer pollo era en mis años infantiles lujo de los ricos. Los demás comíamos, a lo más, gallina. Ahora el pollo es alimento casi para todos. Un televisor era al principio un bien al alcance sólo de los más pudientes. Ahora es raro el hogar donde no hay por lo menos uno. Lo mismo pasa en dirección contraria. La mezclilla era en México la tela de los pobres. Súbitamente fue adoptada por los ricos, que pagan ahora en tiendas de Estados Unidos, a precio de oro, pantalones de mezclilla deslavada, y aun con agujeros. En mis años de canción y vino -estoy ahora en los de vino y canción- el tequila era bebida de albañiles, y el mezcal el trago cotidiano de los artesanos. Hoy las damas beben tequila -derecho, por más señas-, y el mezcal es el último grito de la moda: se le mira en las mesas de los más exclusivos restaurantes, y han surgido como hongos los expertos en mezcales, así como antes proliferaron los catadores de vino que quizá no podían distinguir una parra de un rosal, pero que hablaban de cosechas y regiones con suficiencia de docto sommelier. No tardaremos en ver a los catrines bebiendo, por esnobismo, pulque en catrinas. Digo todo esto a propósito de la mariguana. Otrora la fumaban únicamente los soldados. Como se les llamaba "juanes", la perniciosa yerba -así era calificada en los periódicos-...

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