Polémica masacre

AutorRaúl Guzmán

La estrategia, el buen futbol, los goles y el empuje, sólo tuvieron un dueño: el Atlas, que anoche se dio vuelo y masacró a los Tecos al son de 4-1.

El alumno escuchó una lección más del maestro; Rubén Omar Romano aprendió en el aula del Jalisco cómo se gana un partido casi sin prestarle el balón al rival.

El dominio atlista es innegable, pero curiosamente casi todos los goles cayeron en medio de jugadas polémicas que siempre favorecieron a los de casa, generando la duda de la correcta aplicación del reglamento por parte del silbante Jorge Gasso.

Fue un inicio como en los mejores tiempos del Atlas, relampagueante, asfixiante, espectacular.

Los Zorros arrancaron como una máquina podadora que a su paso hacía pedazos lo que se le pusiera enfrente. Sin piedad, los de casa se comían el balón sin siquiera enseñárselo a su rival.

La UAG poco pudo hacer para detener la ola rojinegra que inundó la cancha del Jalisco en los primeros minutos y aunque intentó defenderse, sólo se quedó en las intenciones, porque la verdad fueron aplastados desde antes que el reloj llegara al minuto diez.

Tal y como lo hizo una jornada antes cuando enfrentó a las Chivas, el Atlas se puso rápido al frente con el gol de Mario Méndez a los 11í, anotación que fue discutida por los Tecos por un fuera de lugar que el asistente Santiago Rojas Castro no marcó. Todavía los Tecolotes no terminaban de discutir con el árbitro Jorge Gasso, quien la semana pasada pitó 4 penales, y ya los locales les estaban clavando el segundo mediante la vía del penalty con gol de Juan Pablo Rodríguez a los 15í, otra vez en medio de discusiones por la falta que lo generó.

El impresionante ritmo de los de casa se fue apagando a raíz del segundo gol y por fin los pupilos de Rubén Omar Romano pudieron tener el balón en sus pies, lo que sirvió para apagar el fuego sobre su meta y para respirar profundo.

Ya con la tempestad bajo control vino el contraataque de los zapopanos que poco a poco fueron recuperando el medio campo y construyendo jugadas de peligro, el resultado fue la anotación del chileno Reinaldo Navia a los 38í en un claro fuera de lugar.

La fórmula de apretar desde el arranque le volvió a dar resultado a Ricardo La Volpe y apenas a los tres minutos del reinicio su escuadra amplió la ventaja con un certero cabezazo de Pablo Lavallén que todavía se discute si cruzó o no la línea de gol. Pero no era todo para los Zorros, pues de nueva cuenta...

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