DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Ficciones

AutorCatón

En la casa de mala nota llamada "El columpio del amor" hubo un pleito de todos contra todos. En medio de la refriega general una de las mujeres le asestó un navajazo en la barriga a un sujeto que había golpeado a su hombre. La brava hembra -así se decía siempre en la página roja de los diarios- fue llevada ante el juez, y éste le preguntó severamente: "¿Usted fue la que le dio al herido un navajazo en la trifulca?" "No se lo di en la trifulca, señor juez -negó la maturranga-. Se lo di en la panza, entre el ombligo y la trifulca"... El padre Arsilio fue a la ciudad a pedirle a don Algón, encumbrado ejecutivo originario de su pueblo, un donativo para la reconstrucción del templo del lugar. Cuando llegó a la oficina del magnate no halló a la secretaria. Como tenía cierta confianza con el jefe, pues lo conocía desde niño, abrió la puerta del despacho. Lo que vio lo dejó mudo, y además sin habla: don Algón tenía a la linda chica tendida en decúbito supino -o sea de espaldas- sobre el escritorio, y él, con los pantalones y demás en los tobillos, hacía acompasados movimientos como de émbolo o pistón. Se trataba, habrán adivinado ya mis perspicaces lectores, de un acto de fornicio. El buen sacerdote consideró indebida tal acción, por ser aquél un sitio de trabajo, y tosió para hacer notar su presencia. Los ilícitos amantes se azoraron. Deshicieron su estrecha unión, se compusieron las ropas, y ya un poco repuesto del soponcio don Algón le dijo al padre Arsilio: "Le ofrezco mil disculpas, señor cura. No me encontró usted en el mejor momento". "Para ti no -respondió con una sonrisa el sacerdote-, pero para mi iglesia sí"... Babalucas estaba bailando con una amiga. Le dijo ella: "¡Qué bien meneas las caderas, Baba! ¿Practicas mucho?" "No -contestó el badulaque-. Lo que pasa es que me transporto en una bicicleta que no tiene asiento, nada más el tubo"... Marulito, empleado de gobierno, era vice-sub-ayudante interino suplente sustituto de oficial centésimo auxiliar en la Mesa Última de Intendencia. Una tarde llegó a su casa más temprano que de costumbre y encontró a su esposa en la cama con el diputado Verdines...

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