DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Tarea fundamental

AutorCatón

Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, logró por fin que Dulciflor, muchacha ingenua, aceptara visitarlo en su departamento. Tan pronto se acomodaron en el sofá de la sala el libidinoso sujeto apagó la luz. Preguntó la ingenua chica: "¿Quieres conservar energía?" No -respondió Afrodisio-. Quiero gastar toda la que tengo"... Rosilita, ya se sabe, es el equivalente femenino de Pepito. Un día su pequeño vecino Simplicito la invitó a jugar. Le preguntó Rosilita: "¿A qué jugaremos?" Respondió el chiquillo: "A las comiditas". "Uh, no -contestó Rosilita, despectiva-. Ése es juego de niñas. Si acaso quieres que juegue contigo cambia la eme por ge". (No le entendí)... Un señor estaba en su lecho de enfermo. Se sentía animado, pues su esposa le acababa de decir que el médico le había asegurado que se pondría bien. De la cocina le llegó un aromático perfume de café recién hecho. El lacerado llamó a su hijo y con voz apenas audible le pidió: "Dile a tu madre que me traiga una tacita de café". Fue el muchacho, regresó a poco y le informó al señor: "Dice mi mamá que el café es para el velorio"... La enfermera Clisterina se quejó con el sindicato: el director del hospital había usado con ella una expresión impropia. La comisión de Honor y Justicia fue a hablar con el doctor. ¿Qué le había dicho a la enfermera que tanto la ofendió? "Déjenme contarles cómo sucedieron las cosas -empezó a relatar el médico-. Anoche tuve una operación que duró hasta las 2 de la mañana. Llegué a mi casa muy cansado, y estaba ya dormido cuando a las 4 me despertó el teléfono. Era la enfermera Clisterina. Me dijo que había un asunto urgente en el hospital que hacía necesaria mi presencia. Me levanté casi dormido. Tropecé en el tapete; caí sobre el buró; quebré la lámpara y me hice una herida en la cabeza. Atontado me fui a bañar. El agua salió hirviendo; salté y resbalé en el piso. Me luxé una mano. Me vestí; salí rápidamente; di un mal paso y rodé por la escalera. Como pude me puse en pie, subí a mi coche y al manejar maltrecho y confundido fui a chocar con un taxista que me hizo pagarle ahí mismo 10 mil pesos. Llegué a todo correr al hospital, y la enfermera Clisterina me informó cuál era el asunto urgente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR