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Ponen entusiasmo en sus votos

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Vincent
AutorLizeth Villegas

Este domingo fue inolvidable para Mayté Salinas. A pesar de que le gusta dormir hasta tarde los fines de semana, se levantó antes que sus papás y de inmediato se arregló para partir a una vital encomienda: fue la presidenta de casilla en el Colegio Enrique de Ossó.

La casilla se debería haber abierto a las 8 de la mañana, pero la pequeña de 10 años llegó un poco tarde, ya que la familia demoró en salir de casa.

En cuanto llegó al "colegio teresiano", sus demás compañeras de casilla ya estaban listas para desempacar el material que el IFE les proporcionó.

Sin importarles que la fila crecía cada vez más, Jessica, Paulina, Aranza, Andrea, Karla y Mayté tuvieron una pequeña junta con la Madre Rayito, quien supervisó la Consulta Infantil y Juvenil 2000 en esta escuela.

En la fila había de todo, niños "acarreados" por sus papás, otros que morían por votar y unos más que tenían menos de 6 años, pero que, con cara de "por favor, ¿sí?", pedían una boleta, aunque las fieles responsables no los dejaron.

En una mesa escolar, unas sillas medio usadas y cuatro mesabancos se colocaron las pilas de boletas, improvisando la casilla para que los niños y jóvenes de 6 a 17 años, dieran su punto de vista sobre su familia, la sociedad y los derechos de los niños.

"¿Cuántos años tienes?", preguntaba Aranza y después entregaba la boleta correspondiente. Como la fila avanzaba muy rápido, muchos niños tuvieron que ejercer su voto en el suelo o hasta en la espalda de sus papás, donde se apoyaron mejor y se concentraron en las preguntas.

Mayté se colocó en las urnas y verificó que los niños no metieran los famosos "tacos" y además, que la boleta correspondiera con el color de la urna.

Las votaciones fueron limpias, pero quizás el anonimato, en muchos casos, quedó en el olvido, ya que sin pena o temor, los niños consultaban a papá o mamá y éstos estaban atentos a sus elecciones.

Quizás la desilusión más grande, para muchos niños, fue entregar la boleta y saber que sólo se les entregaría un papel y una credencial para que demostraran que sí habían votado, aunque hubo casillas en que con un plumón consintieron a los pequeños que...

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