Tiene Premier difícil misión: unir a Bélgica

AutorInder Bugarin

Corresponsal

BRUSELAS.- Conocido por su moño rojo y su talento negociador, Elio di Rupo ha conseguido lo que parecía imposible: darle a Bélgica un Gobierno estable tras 541 días de limbo político, un récord mundial.

Di Rupo, de 60 años, juró ayer como Primer Ministro y, con su llegada al poder, el país contará por primera vez en más de 30 años con un Jefe de Gobierno francófono quien, además, es abiertamente homosexual.

Hijo de un italiano migrante que trabajó en las minas de carbón del país, el Premier socialista se ha marcado como principal objetivo la reconciliación nacional, entre Valonia, de habla francófona, pobre y ubicada en el sur, y Flandes, de lengua neerlandesa, próspera y del norte.

Una tarea que no será sencilla ya que los líderes de los nacionalistas flamencos, quienes representan el 40 por ciento del electorado en el norte, han asegurado que harán la vida imposible a un político que pasa aprietos cuando intenta hablar en neerlandés.

Bart de Wever, líder del partido separatista flamenco, ganador de las elecciones de junio de 2010 y que se mantuvo al margen de la última ronda de negociaciones de la que surgió el nuevo Gobierno, anticipa una "tormenta política".

Por su parte, el presidente del partido de extrema derecha Interés Flamenco, Filip Dewinter, quien había dicho que si Di Rupo era Premier se exiliaría en Namibia, promete armarle plantones en donde se presente.

"Jamás...

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