Pulso Económico/ Política económica electorera

AutorJonathan Heath

Los desequilibrios y la alta vulnerabilidad resultaban siempre en crisis financieras. ¿Cuáles son hoy las diferencias?

El Gobierno ha insistido en que esta vez no habrá crisis sexenal. La política económica de los últimos tres años se ha encauzado explícitamente a reducir la vulnerabilidad de la economía a shocks, tanto internos como externos, y a minimizar los desequilibrios macroeconómicos. Como resultado de estos esfuerzos, no hay duda de que México está ahora en una posición mucho mejor que la de hace seis años.

Son muchas las comparaciones favorables ahora. El Gobierno se ha asegurado de cacarearlas por todos lados. La balanza de pagos, junto con el nivel de la deuda externa y su patrón de amortización, muestran una estructura externa muy superior a la que nos llevó a un desastre hace seis años. No hay una situación que pudiera llevar al Gobierno a emitir cantidades exorbitantes de Tesobonos, ni existe la dependencia tan exagerada sobre los flujos de capital de portafolio. La capacidad de México para afrontar sus obligaciones al exterior se encuentra hoy en la mejor posición de los últimos 25 años.

Tanto Moody's como Standard & Poor's han reconocido esta capacidad a través de mejorías en sus calificaciones de nuestro riesgo soberano. Unicamente Fitch IBCA sostiene que México tiene mayor riesgo que hace seis años, pero seguramente no tardará en rectificar su posición.

Sin excepción, en el último año de cada sexenio el Gobierno ha puesto la cuestión electoral como máxima prioridad para su política económica. El problema de fondo siempre fue que no había realizado su tarea con anterioridad para asegurar que la economía podría resistir el manejo electoral. Por ejemplo, hemos observado cómo cada sexto año existe una apreciación real de la moneda, lo cual ha motivado una ampliación significativa del déficit en la balanza de pagos. Dados los elevados niveles de deuda externa y una proporción significativa de ésta a corto plazo, esta política ha llevado a ensanchar el desequilibrio externo. Como resultado, el Gobierno siempre se ha visto forzado a aplicar parches a su política económica, como el aumento salarial de emergencia en 1982, la aplicación del Pacto de Solidaridad en 1988 y la emisión de Tesobonos en 1994.

Hoy tenemos una situación diferente. Ahora sí, el Gobierno preparó bien el camino y no existe un desequilibrio externo. La salud general de la economía ha llevado a casi un consenso de que no habrá crisis sexenal. Además, hemos...

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