Reportaje/ La punta del iceberg

AutorLuis Méndez

España

MADRID.-Hay pocos pueblos en el mundo que han saltado a los teletipos internacionales de una manera tan espectacular como polémica. El Ejido lo logró con creces, tras algo más de una semana de aparecer en las primeras páginas de los periódicos como un dramático ejemplo de hasta dónde pueden llegar el racismo y la xenofobia de los lugareños contra un colectivo, en este caso de trabajadores marroquíes, que en esta próspera localidad del sur de España sobreviven en su mayoría en condiciones deplorables.

Pero la realidad de esta pequeña ciudad de Almería desborda cualquier titular. Y la visita vuelve en contra del periodista que pretende abarcar lo sucedido en unas cuantas líneas. Al final de las entrevistas, de los paseos por las chabolas que circundan El Ejido y en las que se hacinan los inmigrantes, quedan más incertidumbres que certezas.

"No sabemos en qué pueblo estamos. Lo único que sé es que el odio se ha quedado instalado. Los vecinos nos tratamos de manera distinta después de lo ocurrido. Y además, cuando me cruzo con algún inmigrante tengo una sensación muy extraña, ya que no sé si tengo que mirarle a los ojos. ¿Quién restablece ahora la tranquilidad?". La pregunta se la hace Fina Herrada, una de las vecinas de El Ejido que nunca tuvo prejuicios hacia el colectivo marroquí, que acogió en su casa a muchos de ellos, y que como otras tantas personas están desconcertadas por los actos vandálicos alentados por un grupo de españoles que decidió hacer justicia por su cuenta, tras un largo periodo en el que los robos, las violaciones y, finalmente, el asesinato de dos agricultores y una joven, Encarnación López, a manos de inmigrantes, saturaron a la población autóctona.

La céntrica calle de Almería, donde se concentran los negocios de los marroquíes, se convirtió en objetivo de la ira popular ante la pasividad de una Policía que no se atrevió a enfrentarse a la turba: comercios y locales de inmigrantes arrasados, sedes de ONGs asaltadas, coches incendiados, la mezquita profanada, y agresiones, fueron el saldo de esa noche, en la que los exaltados fraguaron una venganza que generó una de las mayores polémicas en este país, que se saldó con 40 detenidos entre españoles y marroquíes, y que supuso la llegada de 600 policías.

"A estas alturas es casi imposible encontrar solución digna. En los 80 se empiezan a producir avalanchas de inmigrantes que los agricultores no pueden absorber. Ahora el problema nos rebasa, ya que de golpe una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR