Puntos y Contrapuntos / Dolor sin consuelo

AutorPedro Mellado

La sociedad no puede acostumbrarse al horror. Los demonios del olvido deben ser exorcizados.

La autoridad debe cumplir con su deber de investigar graves hechos ocurridos en Jalisco, cuya memoria se vivifica al conjuro del bárbaro asesinato de 6 muchachos, 17 heridos, así como el secuestro y desaparición de otros 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, atacados por policías preventivos la noche del pasado viernes 26 de septiembre.

Aquí también debe haber descanso para los muertos y para sus deudos, pero sobre todo justicia y castigo para criminales despiadados que sembraron de fosas clandestinas el estado.

El Gobierno estatal podría argumentar que las investigaciones de algunos crímenes son de competencia federal, sin embargo, las tumbas fueron descubiertas en nuestro suelo y decenas de familias necesitan saber si los huesos son de sus seres queridos.

Sólo así podrán encontrar reposo para sus muertos y para sus dolientes corazones.

Entre el sábado 9 de noviembre y el domingo 1 de diciembre del 2013, fueron desenterrados 67 cadáveres en la orilla del Río Lerma, cerca de La Barca, Jalisco. Cuerpos con impactos de bala, señales de tortura y mutilados.

El miércoles 15 de enero del 2014 la Procuraduría General de la República (PGR) informó que fueron hallados otros siete cadáveres en fosas clandestinas en las inmediaciones del mismo predio explorado entre noviembre y diciembre del...

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