Puntos y Contrapuntos / La fuerza y la ley

AutorPedro Mellado

La renuncia o remoción simulada del Fiscal General del Estado, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, anunciada ayer por el Gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, abre la invaluable oportunidad de replantear el esquema de seguridad que ha venido operando en Jalisco los más recientes dos años y cuatro meses.

Sería razonable analizar la pertinencia de que dos funciones tan importantes, pero contrastantes y eventualmente en conflicto, como la prevención del delito y la procuración de justicia, sean ubicadas en diferentes manos y dependencias.

Quizá sea el momento de volver al esquema que permita operar con autonomía a una Secretaría de Seguridad Pública estatal y a una Procuraduría General de Justicia.

El viernes 1 de marzo del 2013, cuando asumió la Gubernatura, Jorge Aristóteles puso como encargado de la Fiscalía General a Luis Carlos. Promovió reformas a la Constitución de Jalisco para conseguir que Nájera Gutiérrez de Velasco asumiera plenamente las funciones de Fiscal general titular, 20 días después, el 21 de marzo.

La Fiscalía General concentró en sus manos a la Policía Preventiva (Fuerza Única Metropolitana y Fuerza Única Regional), la Policía Investigadora y la Policía Vial, así como el Ministerio Público.

Esa enorme concentración de poder no hizo de Jalisco un Estado más seguro. Con natural proclividad al autoritarismo, sin mostrar atributos que permitan percibir en su conducta las bondades de una sólida cultura...

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