PUNTOS Y CONTRAPUNTOS / La sana distancia

AutorPedro Mellado

El artículo tercero de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público reitera el principio constitucional de que el Estado mexicano es laico. Por tal razón, no puede establecer ningún tipo de preferencia o privilegio en favor de religión alguna. Tampoco en favor o en contra de alguna Iglesia ni agrupación religiosa.

A su vez, el artículo 25 de la referida ley señala que las autoridades federales, estatales y municipales no intervendrán en los asuntos internos de las asociaciones religiosas y que tampoco podrán asistir con carácter oficial a ningún acto religioso de culto público, ni a actividad que tenga motivos o propósitos similares. ¿Cuál es la razón de estas disposiciones?

El sustento del Estado laico radica en el principio histórico de la separación de los asuntos del Gobierno y de las Iglesias, que permite preservar con toda amplitud la libertad de conciencia. Sólo así puede el Estado garantizar a todos los individuos: a).- Tener o adoptar la creencia religiosa que más le agrade y practicar, en forma individual o colectiva, los actos de culto o ritos de su preferencia; b).- No profesar creencias religiosas alguna, abstenerse de practicar actos y ritos religiosos o no pertenecer a una asociación religiosa; y consecuente con los principios referidos, c).- No ser objeto de discriminación, coacción u hostilidad por causa de sus creencias religiosas, ni ser obligado a declarar sobre las mismas.

El Estado, por lo tanto, no interviene en los asuntos de la conciencia, en las libertades más íntimas y espirituales del ser humano. Las devociones religiosas son estrictamente personales y pertenecen al ámbito más profundo de la vida privada. En ese terreno, sin distingos y excepciones, todos estamos obligados a ser respetuosos, por razones éticas y por imperativos jurídicos.

La libertad de conciencia es la más delicada de todas las libertades y se sustenta en el estricto respeto a la diversidad y a la universalidad. Es en ese delicado ámbito de la inteligencia en el que los diversos dialogan, para encontrar puntos de coincidencia que les permitan diseñar los basamentos para construir puentes sólidos, fuertes, macizos y seguros, por donde puedan transitar juntos, para construir una sociedad diferente y mejor, en la que prevalezcan la justicia, la libertad, el respeto, la esperanza y la conmovedora búsqueda de la felicidad.

Cuando el Estado o quienes le representan se involucran oficialmente en actos u homenajes públicos...

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