Puntos y Contrapuntos / Tiempo de engaños

AutorPedro Mellado

Suele ser un sujeto vil, de baja estofa y hábitos canallas, que recurre a la violencia, al amago, al amedrentamiento verbal y físico en contra de quienes no doblan la cerviz, que reclama, en ocasiones en forma airada, un respeto que jamás ha ganado con su conducta digna y que, los hombres honrados y decentes, jamás le concederán.

Suele ser una persona de estatura moral mediana, de autoridad muy temporal prestada, de espíritu frágil, de estabilidad emocional en crisis, de liviandad vulgar y frívola, de bienes y posición social de origen oscuro y dudoso.

Esta no es la descripción de una persona, sino de un modelo, de un estándar que define el perfil más común de muchos sujetos que, en los meses por venir, buscarán una vez más, ponerse la piel de oveja y el austero ropaje del buen samaritano, para tratar de engañar a los ingenuos, a los candorosos, con el cuento idílico de que son la mejor opción y hasta la última esperanza.

Son repelentes a la bondad, la generosidad, la honradez y el respeto a las leyes y a los códigos éticos, repulsivas prendas y hábitos repugnantes que sólo atribuyen y reconocen en personas a las que desprecian.

Porque desde su cumbre de triunfadores rapaces, vomitan a los nobles, a los honestos, a las personas de buen corazón que, a juicio de los viles, jamás triunfarán en...

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