¿Qué clase de hijo estás educando?

AutorYngrid Fuentes

Tanto la capacidad de empatía, de expresar los sentimientos y obedecer las leyes, como la dificultad para acercarse a otros, ser flexibles y respetuosos, se aprenden desde temprana edad.

Es por eso que con los cambios de actitud adecuados, un regaño a tiempo, constancia o la medida correcta de autoridad, los padres pueden ser la clave para formar futuros adultos sanos emocionalmente y ciudadanos comprometidos con su entorno.

Aunque expertos en educación advierten sobre la importancia de evitar "accidentes" formativos como el exceso de flexibilidad o la culpa, es importante señalar que para que marquen la personalidad de sus hijos tiene que haber patrones que se repitan de forma constante a largo plazo.

A continuación algunos de los "accidentes" más comunes.

¿OBSESIÓN O PERFECCIONISMO?

Es bueno invitar al niño a siempre lograr más y dar lo mejor de sí, pero también es importante hacerles saber que independientemente de que lo logren, lo fundamental es intentarlo.

"No es necesario hacer que el niño logre algo y hasta que lo logre premiarlo. Aquí lo importante es que el niño intente, si se equivoca no importa, está aprendiendo", comenta la psicoterapeuta Paola Rodríguez.

"Se convierten en adultos que poco intentan, están muy preocupados en equivocarse, en no fallar.

"Son adultos con baja autoestima porque los errores son vistos como malos y no como algo propio del aprendizaje. Se vuelven inseguros".

Otro problema que se puede derivar de ser un papá muy rígido o estricto puede ser el crear niños frustrados.

"Los papás que son muy rígidos, muy cuadrados, que no permiten nada, muy inflexibles, pueden crear hijos muy frustrados o cuadrados", señala la neuropsicóloga Betty Arias.

PAPÁS HELICÓPTERO

Cuando la preocupación porque los hijos hagan las cosas bien y no se metan en problemas hace de los padres, sin que así lo pretendan, una presencia constante que sobrevuela cada acción de los niños, se les limita la oportunidad de explorar y equivocarse.

"Hay padres que no permiten que su hijo explore, se manche la ropa, padres muy obsesivos. Se vuelven niños muy estresados y muy obsesivos también, que pasan a ser adultos un poco ansiosos, cuidadosos con sus cosas, y bueno, pues esto también afecta sus relaciones interpersonales, no son tan flexibles, tienen patrones más rígidos", advierte Paola Rodríguez, psicoterapeuta infantil y del asolescente.

La neuropsicóloga Betty Arias agrega que este patrón educativo provoca que al niño se le dificulte tomar...

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