Rafael Aviña / Retrato de la doble moral

AutorRafael Aviña

El asesino dentro de mí (EU, 2010), adaptación de una despiadada novela de Jim Thompson escrita en 1952, no es un filme que deba tomarse a la ligera.

Es cierto, sí, que se balancea en una cuerda floja que circunda entre el exceso, el sarcasmo y ese horror demencial que habita en la mente de un asesino psicópata trastornado por su entorno infantil.

Una impresión superficial del filme, lo colocaría como un relato de violencia gratuita en extremo misógino, cuando en realidad se trata de un crudo retrato de esa doble moral estadounidense en un pequeño pueblo de la América profunda filtrado a través de las pulsiones de un cine negro en su fase más psicótica.

Desde la secuencia de créditos y el apoyo de una gran banda sonora, El asesino dentro de mí se instala de manera excepcional en esas ciudades semi rurales de los años 50 y sumerge al espectador en una espiral de caos, violencia y sexo sadomasoquista: los demonios interiores de un encantador y sereno protagonista que asesina con brutalidad extrema para apaciguar sus fantasmas y al mismo tiempo, eliminar testigos de sus actos de corrupción.

De hecho, no existe gran diferencia entre el alguacil Lou Ford (Affleck notable), el mal teniente Harvey Keitel de Corrupción judicial (Abel Ferrara, 1992) o el deshonesto detective angelino Kurt Russell de El lado oscuro de la ley (Ron Shelton, 2002), escrita por James Ellroy, heredero de los...

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