Real cineasta popular

AutorHugo Hernández

Pocos cineastas alcanzan la gloria con sus primeras entregas. Uno de ellos es Ridley Scott: si se hubiera retirado luego de Blade Runner, su tercer largo, de seguro seguiría siendo un popular autor de culto. Y si bien es cierto que en adelante ha tenido más de un altibajo, su obra es sólida: es uno de los cineastas de culto que además hacen muy buen cine.

Scott nació el 30 de noviembre de 1937 en Gran Bretaña. Estudió artes y diseño, y en 1968 fundó, con su hermano Tony, Ridley Scott Associates, compañía dedicada a la producción de películas y publicidad. Y fue precisamente como publicista que hizo sus primeras prácticas cinematográficas, además de algunas incursiones en la televisión. Así que no es extraño que cuando presentó su ópera prima, Los duelistas (1977), se viera ya un estilo bien delineado, caracterizado por el diverso abordaje de diversos géneros, emplazamientos y movimientos de cámara eficaces, propositivo uso de la luz y actuaciones sutiles.

Entre sus cintas más redondas están: Un final inesperado (1991), en la que hace casi una feminista denuncia del machismo; La caída del halcón negro (2001), cinta bélica en la que dicta cátedra de puesta en cámara y montaje; Cruzada (2005), en la que sigue las memorables desproporciones de los cristianos que pretendían "recuperar" los lugares santos y dicta una cátedra de ética; Un buen año (2006), que propone las bases de la felicidad posible, y Gángster americano (2007), que exhibe el crecimiento de la actividad ilícita en EU en los 70.

Por sus méritos artísticos, pero sobre todo por las libras esterlinas con las que...

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