Rebanadas / Hola de nuevo, Gordo

AutorCony Delantal

Hace años, pero fácil más de 15, que no visitaba el Gordo Steak, ese restaurante que ha hecho historia y es famoso por sus abundantes entradas de cortesía, mismas que te dejan satisfecho incluso antes de entrar.

Pues el local sigue siendo el mismo en cuanto a superficie y decoración.

Una especie de cabaña serrana ampara a los comensales que se dan cita aquí.

En su carta ya han despedido a sus fundadores, los dos Rodolfos, padre e hijo, que le dieron forma a este concepto que desde hace años ha sido único, dándole énfasis a la hospitalidad.

Fui con mi marido y nos sirvieron un caldo caliente, con mezcla de pollo, res y un poco de tocino.

Luego desfilaron unos taquitos de chicharrón, de frijolitos, de papa y requesón muy buenos. Y apenas era el principio.

No recuerdo mucho de su menú como para decirles si se redujo o está igual. Lo que sí es que me pareció algo breve, pero lo suficientemente variado como para llenarnos el ojo, y la panza.

Tienen cortes y antojitos como los tuétanos, molcajetes, manitas de cerdo en vinagre, lengua, queso panela, milanesa, cecina, peinecillo, churrasco, quesadillas y queso fundido.

Pues para abrir boca pedimos un guacamole, de 54.90 pesos, sí, con 90 centavos. Se me hizo de lo más casero. En la carta dice que le ponen tres piezas de aguacate, pero le ponen cuatro. Eso sí, muy pequeños porque dejaron los huesos de cada aguacate y eran cuatro.

Para beber, mi marido ordenó una limonada, pero nos sorprendieron con una jarra mediana sólo...

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