Rebanadas / Hooters: Familiar

AutorCony Delantal

Como les prometí, fui a visitar el restaurante Hooters, ubicado en plaza Galerías, que para los que no conocen el concepto les platico que es un lugar donde se sirve comida tex-mex, californiana y sobre todo, de antojo. Pero lo destacado es que las meseras te atienden en diminutos shorts y playeras de algodón, algunas patinando.

El propósito de este sitio es que las chicas sean muy atractivas. En Estados Unidos es tan fuerte el concepto, que las chicas Hooters editan año con año su famoso calendario con fotos de las más guapas.

A nuestra Ciudad llegaron, como es costumbre, con una versión tropicalizada del negocio. Y no está mal, pues no se convierte en un restaurante exclusivo de caballeros sino hasta de familias que acuden con niños a comer de manera casual.

Me dio gusto ver, como cantaría Pedro Infante en El Aventurero, a las chaparritas, a las grandototas, a las de lentes, a las rellenitas y a las flaquitas.

Es, tal vez, un refugio para los chavos que, algunos de manera penosa, se levantan para tomarse fotos con las famosas chicas del short naranja y presumirla a los amigos. Yo fui con mi marido, sin los hijos, y la experiencia fue buena.

Tienen una entrada de camarones Hooters Original Buffalo Shrimps, de 400 pesos, que son camarones preparados como se hace con las alitas, fritos, bañados con salsa búfalo, sobre una cama de col y zanahoria. Tal como los describe el menú, suaves por dentro, crujientes por fuera. La verdad es que estaban muy buenos.

Y como el plan era botanear, ordenamos unos pepinillos fritos, de 89 pesos. Una porción de pepinillos agrios, empanizados y acompañados de una salsa llamada Remoulade, que es como una tártara...

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