Rebanadas / Qué lindo es Veracruz
| Autor | Cony Delantal |
Llevada por el reciente recuerdo de haber comido en el restaurante Villa Rica en Veracruz, acompañada de la familia, la comadre y nuestro sobrino, fuimos al festival de Veracruz organizado por el Hotel Camino Real de Niño Obrero, dentro del restaurante María Bonita.
Como les he platicado en anteriores festivales de comida oaxaqueña, por ejemplo, el María Bonita contacta a los mejores exponentes de la comida regional y hace convenios para traerse la cocina y empleados de los restaurantes de cada zona para que preparen de la misma manera los alimentos que sirven durante el festival.
En el caso de la comida chiapaneca, lo que hicieron fue mandar al encargado de la cocina del restaurante para conocer de cerca los ingredientes y recetas.
Para la exposición de Veracruz hicieron mancuerna con el Villa Rica, que es uno de los mejores del puerto jarocho.
Su carta cuenta varios de los especiales del famoso local porteño y por supuesto los clásicos platillos como el delicioso arroz a la tumbada, los cocteles de mariscos y los típicos frijoles negros con plátanos fritos.
Como entradas tienen manos de cangrejo al limón, peto al apio; hay cocteles de jaiba, pulpo, caracol y camarón. Las ensaladas tienen en sus filas al salpicón de jaiba o callo de hacha rasurado.
En las sopas no podían faltar los chilpacholes ya sea de jaiba, camarón o pescado y la crema de langosta. Como platillos típicos ofrecen el delicioso arroz a la tumbada, jaibas rellenas y la cazuela de mariscos, así como algunas preparaciones de pescado más contemporáneas como el lomo de salmón en salsa de cítricos o el bife de pescado, pero sin dejar de lado el huachinango a la veracruzana o al mojo de ajo.
Encontré muy variado el breve menú que tienen para la ocasión, pero con los mejores representantes de la carta del restaurante porteño.
Para probar un poco de lo más rico, pedimos al centro el arroz a la tumbada, de 115 pesos, el salpicón de jaiba que tanto le gusta a mi marido, de 100 pesos y los frijoles con plátanos, de 50 pesos, además de un pescado a la plancha para compartir con los niños, de 180 pesos.
Como siempre la amabilidad y la ceremonia de sentarte en un lugar como el María Bonita a veces contrasta con la experiencia previa. En nuestro caso fue más notoria porque el estilo bullanguero del jarocho no es comparable con la ceremonia de los meseros y hostess del hotel. No está mal, pero definitivamente es algo para mencionar.
Pronto nuestro mesero llevó las entradas. En el caso del...
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