Rebanadas / Noche libanesa

AutorCony Delantal

Primero mi marido quería ir a unos tuétanos que vio sobre Rubén Darío, pero como la noche estaba fría y es en un lugar descubierto, decidimos buscar otra opción. Así es que le sugerí que fuéramos a Labne, Cocina Libanesa.

Y vaya que era muy libanés el lugar que visitamos. Me dio mucha confianza darme cuenta de que el lugar es propiedad de gente de Líbano. Sus apellidos lo confirmaron. Y me dio tranquilidad porque me he encontrado sitios con muy buena intención pero que no tienen esa esencia libanesa que se necesita para ofrecer auténtica comida de los países. Es como si un japonés trajera un restaurante de comida italiana a Guadalajara.

El caso es que Labne se encuentra en Ottawa 1581, en Providencia, en lo que fuera hogar de tres restaurantes que no continuaron su historia, uno de ellos Mila Mila, de milanesas, que era delicioso. Éste que nos ocupa tiene un año, de manera que el éxito asoma ya.

Ambientado con música de DJ oriental, los tonos del belly dancing resuenan en sus mesas. Y, dicho sea de paso, los viernes ofrecen música árabe con baile de vientre, así es que a los amantes de esta cultura vayan a ver un buen espectáculo.

La carta de Labne, aunque breve, tiene platos riquísimos. Pedimos una ensalada griega, de 105 pesos; era una delicia, muy bien lograda con un aderezo preparado a base de especias y hierbas, exquisito. Llevaba pepinos tiernos con cáscara, aceitunas negras, jitomate y lechuga.

Mi marido me sorprendió, pues es casi imposible que coma vegetales y éstos lo cautivaron, no paraba de servirse ensalada. Los niños opinaron lo mismo.

Luego ordenamos al centro, muy al estilo árabe, kepe bola, de 100 pesos, que son una especie de albóndigas secas, rellenas de...

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