Rebanadas / Paseo por el Nhube

AutorCony Delantal

Movida por la gratísima experiencia de nuestra comida en el restaurante Nhube, del hotel NH, invité a una amiga a desayunar ahí mismo.

Cuando llamé para saber si ofrecían el servicio de desayuno me comentaron que sí, pero que era buffet con un costo de 190 pesos.

Allá nos trasladamos y encontramos ese impecable lugar con algunas mesas ocupadas, lo cual puede ser un buen presagio de que será uno de los favoritos.

Encontramos dos grupos de señoras que estaban en plena charla femenina y otras mesas más con hombres de negocios.

El servicio, como en mi primera visita, fue muy amable y diligente.

Cada joven que se acercaba nos ofrecía de tomar y nos llevaban canastita con pan dulce.

Nos sentimos complacidas.

Nos invitaron a pasar a servirnos y en una barra encuentras, prácticamente, toda la oferta del buffet.

Una pequeña sección con frutas y vasitos preparados con yogur y fruta, miel y granola, así como el queso cottage eran el escenario culinario.

Un poco de piña, melón, papaya y sandía.

Para los más especializados tienen bocadillos capeados de jamón y queso, así como los muy ingleses tea sandwiches, que se acompañan por las mañanas con bebidas calientes y son bocadillos salados muy pequeños.

Decidimos empezar por la fruta y mi amiga se sirvió una combinación de queso cottage con melón, y pan con queso manchego.

Yo me incliné por un poco de papaya con yogur y granola, aunque también pude escoger de las carnes frías que disponían, como el salami, lomo canadiense y jamones.

Al centro del restaurante tienen una mesa con panes de distintos tipos, como el de caja, birotitos, panqué y bizcochería, junto con algunas compotas de manzana y uvas para acompañar.

Por cierto que la panadería es sabrosamente horneada en casa diariamente.

Todas las mañanas sacan pan calientito y lo sirven a los comensales.

Yo pude probar un pequeño birote y las conchitas dulces, estaban estupendos.

Como platos fuertes tienen pequeñas viandas con chilaquiles, huevo en salsa de jitomate, birria, papas caseras, pollo con pimiento, tocino y salchichas para acompañar.

Para beber tienen jugos de ciruela, kiwi y verde.

Pero como ya había probado anteriormente el de mamey, le pedí a nuestro mesero un vaso y me lo llevó rapidísimo.

Ambas pedimos casi lo mismo, un poco de chilaquiles, frijolitos y huevo revuelto con salsa roja.

No puedo decir que estaban malos, pero les faltaba sabor.

De hecho los chilaquiles estaban aguadísimos, e incluso con mucha agua, producida por el vapor de las...

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