Regala placer Astrid Hadad

AutorOmar Magaña

Desde las mujeres que son diosas hasta el recorte en el presupuesto federal para cultura propuesto por Felipe Calderón, todos fueron temas dignos de parodia en el espectáculo "¡Oh, Diosas!", de Astrid Hadad.

La actriz no sólo vistió sus extravagantes vestidos de Virgen de Guadalupe, de diosa azteca, de Frida Kahlo con cuerpo de venado, entre otros, sino que además habló de todo lo posible entre política y amor carnal en su presentación del viernes en Teatro Estudio Cavaret.

Su espectáculo está dedicado a las diosas, generosas y maléficas, pero aceptó que siempre es mejor ser mujer que divinidad porque las terrenales disfrutan del placer carnal, mientras las otras están lejos de las manos del hombre, situadas en un pedestal.

"Quien no ha amado con el cuerpo, no ha amado", citó la actriz y cantante en su introducción a un poema erótico del griego Constantino Cavafis musicalizado por ella.

Ella es una dadora de placer, dijo, y por tanto buena parte de sus intervenciones entre canción y canción se referían al sexo y a la imprecisión de los hombres para poner atención en el clítoris o para encontrar el punto G.

"Hay hombres que piensan que es una pieza de refacción", dijo con referencia al clítoris.

El show tuvo toda la picardía de un cabaret y la sorna política de un show cómico. Hadad fue de un punto a otro y los ligó cuando fue necesario.

En algún momento mudó el vestido de diosas por uno que representaba una iglesia y que en la falda tenía los motivos churriguerescos de un retablo religioso y recordó aquella vez que el obispo de Toluca le prohibió que montara su provocativo espectáculo en la capital del Estado de México.

El obispo, dijo Hadad a manera de broma, bordó los detalles de la falda como...

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