Disertaciones/ Renave

AutorRoberto del Cueto

En los últimos días han surgido cuestionamientos acerca del Registro Nacional de Vehículos. Aun cuando no domino las materias de derecho constitucional, fiscal y administrativo, indispensables para juzgar tales cuestionamientos, algunos aspectos de ese registro no me quedan claros.

Entiendo que el Renave busca reducir el comercio de unidades ilegales, facilitar la identificación del vehículo en caso de accidente o robo y garantizar la legalidad para vender o comprar vehículos usados. Los propietarios de vehículos estamos de acuerdo con estos propósitos, en virtud del riesgo que corremos de perderlos y del alto costo de los seguros que pagamos. Creo sin embargo que el problema no radica en los motivos por los cuales fue creado este registro, sino en la forma en que se concibió y la manera en que opera.

En primer lugar me cuesta trabajo aceptar que sujetar a los propietarios de vehículos a la obligación de registrarlos, mediante el pago de una "contraprestación" a las empresas a las que se concesionó el trámite de este registro, se apegue a lo que la Constitución Política establece al efecto. Hasta donde alcanzan mis conocimientos, la Constitución establece la obligación de todos los mexicanos de contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Estado o Municipio en que residimos, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. En este caso estamos pagando a un particular por un "servicio" que se nos obliga a contratar, con el objeto de que ese particular recupere sus costos y obtenga una utilidad ¿es eso acaso contribuir a los gastos públicos?

Si el pago al Renave no es un impuesto, entonces podríamos clasificarlo como un derecho por la prestación de un servicio público. De ser este el caso, estaríamos ante un servicio sui géneris, ya que nos obligan a contratarlo y a pagar una "contraprestación" al concesionario del servicio, que no es proporcional y no sé si es equitativa. Se trata de un pago sujeto a límites, por lo que de concesionario a concesionario se cobra distinto y, además, el límite máximo de cobro también es diferente para autos usados que para carros nuevos, siendo que el trámite es el mismo, o incluso más fácil tratándose de vehículos nuevos.

Independientemente de lo anterior, lo que preocupa es el enfoque con el cual se trata de resolver un grave problema como es el robo de vehículos y la inseguridad que acompaña a estos actos ilícitos. Resulta ser que los mexicanos pagamos impuestos...

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