Al rescate de los sepulcros

AutorGustavo Aréchiga

Ahí sigue su tumba. El primer cuerpo enterrado en el Panteón de Mezquitán fue el de Hans Jaacks, un boticario y rico comerciante alemán que fue enterrado el 2 de noviembre de 1896, poco después de que murió en un accidente sobre el camino a Chapala.

Un año después de su entierro, un grupo de extranjeros con capitales invertidos en Guadalajara, planteó al Ayuntamiento comprar una parte del cementerio, que se conoce como Primera Sección.

A 108 años de distancia de la muerte de Jaacks, los Consulados de Francia y Alemania en Guadalajara se interesan en el rescate de más de mil 100 tumbas ubicadas en las Colonias Alemana y Francesa del panteón, a través de un proyecto denominado "Rescate de Mezquitán".

Aunque este proyecto sembró sus bases en la Administración de Fernando Garza, la directora de Panteones del Ayuntamiento, Lourdes Hernández, dice que en menos de seis meses estará conformado un patronato con el fin de reunir fondos para conservar y restaurar estas tumbas antiguas.

El objetivo primordial será que Mezquitán se incluya en otro proyecto denominado "Bienal de la Unesco", el cual se dedica a proteger monumentos históricos relevantes.

De acuerdo con Hernández, la restauración se realizará en coordinación con el INAH en Jalisco, la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente y plantillas de arquitectos y estudiantes de las universidades.

Robert Curley, coordinador de Investigación y Posgrado en el Departamento de Estudios Sociourbanos de la UdeG, quien colaboró en el libro Vida y Muerte: Entre la Ciudad y sus Barrios, asegura que es necesario preservar este patrimonio para beneficio de la historia tapatía.

"Mezquitán es una pieza clave para entender la historia de la Ciudad, porque viene a marcar una pauta de crecimiento: cuando lo inauguraron había sólo 200 familias en algunos pueblos aledaños a Mezquitán, pueblos lejanos y eventuales donde en medio tenían plantíos de chile, calabacita y maíz, barbecho, y más allá campo abierto, ranchos", dice.

De acuerdo con un mapa de la época que realizó un ingeniero de apellido Bancalari, documento que ahora se encuentra en el Archivo Histórico de Guadalajara, Curley explica que todos los tapatíos de aquella época iban a descansar eternamente a Mezquitan, en lo que eran el Tercer, Cuarto y el Décimo Cuartel, cuando todavía no se trazaban los sectores que ahora se conocen.

Este es el contexto que vivía la tranquila Guadalajara de 1896, cuando migrantes de Alemania, Francia, Estados Unidos y...

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