Ricardo Elias / Cunace

AutorRicardo Elias

Dicen que una crítica es válida sólo cuando es seguida por una propuesta.

Por ello luego de criticar al desdén que los mexicanos en general mostramos hacia las leyes y reglamentos vigentes y a los comportamientos cívicos y éticos más básicos, hace dos semanas en este mismo espacio hice una propuesta de tipo correctivo: crear la figura de Diputados Civiles Protegidos (http://n9.cl/N48p).

La propuesta que hoy hago es de tipo preventivo, de fondo diría yo, y que si bien sus efectos serían visibles en el mediano plazo, éstos serían de carácter permanente.

Para entrar al tema comienzo preguntando: ¿Algún día podremos los mexicanos, en general, conducirnos con respeto, orden, civilidad y honestidad?

Los ciudadanos que nos preciamos de tener comportamientos cívico-éticos -incluyendo los más elementales, como no meterse delante de una cola o en sentido contrario en una calle aunque ello represente cierta espera o rodeo- lo hacemos por convicción y no porque alguien nos vigile o porque tengamos miedo a las hasta hoy irrelevantes consecuencias de que alguien "nos cache" o se atreva a denunciarnos.

Sin embargo, la mayoría no es así. Las convicciones cívico-éticas sólo pueden venir de la educación y su principal emanación: el autocontrol, esa capacidad para dominar las propias emociones, los instintos, pensamientos y deseos.

Y como la educación en estas materias es prácticamente nula, el autocontrol es una habilidad cada vez más rara de encontrar, es que la sociedad funciona sólo ante la presencia amenazante y disuasiva de policías, con multas y castigos o con el uso de la fuerza pública.

El único camino para lograr que una sociedad se autocontrole y autorregule es el de la educación.

Dicho lo anterior, y ante la amenaza de que a la reforma educativa no le dejarán "ni una coma", lo que le propongo al próximo Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, es el establecimiento de un Curso Nacional de Civismo y Ética obligatorio para todos los mexicanos -incluyendo a los padres de familia, cuyo mal ejemplo trasciende a las nuevas generaciones-, de manera que el cien por ciento de la población entendamos las ventajas que el País y la sociedad tienen cuando nos conducimos de manera legal, cívica y ética.

El acrónimo de este Curso Nacional de Civismo y Ética (Cunace) curiosamente hace referencia a que éstos comportamientos se deben inculcar...

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