Ricardo Elias / Día de la Mujer

AutorRicardo Elias

Considerar a las mujeres como esclavas del hogar, ornamentos sociales, o conveniencias sexuales, es una idea perteneciente a otros siglos distintos al nuestro.

La mujer de hoy sabe (o debería saberlo) que si no es de alguna manera productiva, autosuficiente y valorada por sus capacidades intelectuales y profesionales a la par que los hombres, corre el riesgo de ser considerada como un parásito insignificante, o un lujo sólo alcanzable por los hombres económicamente estables o físicamente decadentes.

De ninguna manera menosprecio a la mujer que trabaja en su casa como creadora y guardián de la vida humana, dedicada voluntariamente a sus hijos y a su familia.

La crítica en todo caso, sería a la mujer que pasa sus días en inactividad, pensando sólo en banalidades y asuntos triviales. Las mujeres en su día, (me refiero por supuesto al Día Internacional de la Mujer) deben pensar que no hay nada más ofensivo para un hombre medianamente inteligente, que la costosa inactividad de una mujer.

Es penoso ver mujeres que teniendo pocos hijos requieren muchos sirvientes; mujeres que no tienen ninguna responsabilidad específica pero tienen incontables necesidades y que se especializan en el arte de no hacer nada de mil elegantes maneras.

Una de esas elegantes maneras de no hacer nada, o de aparentar que se hace, es el ocuparse sólo con retórica de la superación de la mujer.

Discursos como los de Marta Fox son un ejemplo perfecto de cómo "ocuparse" sin realmente ocuparse; ocupándose de pedir que las mujeres se ocupen, y en ese proceso ella misma se desocupa.

La información que la propia Presidencia de la República difunde dice: "Marta de Fox se auto define como una mujer preocupada por la superación de las mujeres. Para ella, hombres y mujeres debemos tener la misma igualdad de oportunidades, porque si no se tiene desde el momento del nacimiento, estamos partiendo entonces de la primera y más cruel injusticia social que se comete con nuestras mujeres y nuestros niños.

"Cuando habla de las mujeres, necesariamente habla del amor, porque el mayor acto de amor es darle la vida a un hijo. Hablar de amor significa tener la capacidad de dar la vida e inclusive morir por el hecho de dar una vida nueva. Por eso las mamás y las mujeres de México, queremos proyectos de vida feliz que llenen este país de tranquilidad, de felicidad, de gente valiosa, de gente con amplio sentido de participación".

Pura palabrería sustentada en buenos deseos que esconden necesidades no...

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