Ricardo Elias / Horas nalga

AutorRicardo Elias

En la ampliamente comentada participación del periodista Jorge Ramos en la conferencia de prensa mañanera del pasado 12 de abril, el Presidente AMLO, en un equivocado argumento para justificar su estrategia (si es que se le puede llamar así a la decisión de no usar la fuerza pública para detener a quienes violan la ley) dijo que a diferencia de los anteriores Presidentes que no se levantaban temprano para atender el problema de la inseguridad y la violencia, él tiene una reunión con el gabinete de seguridad todos los días de seis a siete de la mañana, como si el hecho de trabajar mucho y desde el amanecer fuese garantía de resultados.

El mundo ya no funciona así. Lo importante hoy no es la cantidad de horas que dedicamos al trabajo, sino la calidad y eficiencia del tiempo invertido en ello.

Si todo se resolviera trabajando más horas, los ricos y exitosos serían los campesinos tradicionales, los repartidores de periódicos o los "workahólicos", y todos los problemas los podríamos solucionar con sólo poner -perdón por la inelegancia- "horas nalga" (así se le llama coloquialmente al tiempo improductivo, ausente de sentido y talento que muchas personas pasan frente a su escritorio sin realmente hacer o resolver nada).

Si no tengo para pagar la nómina, llego a la oficina más temprano, trabajo 14, 16 horas o ni siquiera duermo, y voilá!, ¡listo!, ¡ahí está!, problema resuelto.

Me apena decírselo a quienes trabajan mucho y logran poco o nada, pero un minuto de cerebro sirve más, produce mejores resultados y se paga mejor que una hora de "nalga". Esa es la diferencia entre talento y esfuerzo. Entre mente de obra y mano de obra. Entre jefe y subordinado. Entre un sueldo fijo y bajo, o un jugoso bono ligado a resultados.

Así como no se puede justificar un resultado pobre con un esfuerzo grande, no se puede culpar a otros (Administraciones anteriores) por la imposibilidad de lograr las metas propias.

Se reconoce siempre el esfuerzo, claro está, pero no basta, y lo que normalmente sigue a la falta de resultados es el despido, la revocación de mandatos.

En la vida profesional y empresarial, y con mayor razón en la administración pública, no puede aplicarse la analogía deportiva "lo importante no es ganar, sino competir", porque la vida no se resuelve compitiendo, sino ganando, aunque sean lugares secundarios.

Obviamente se requiere esfuerzo para el logro de...

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