Ricardo Elias / El milagro mexicano

AutorRicardo Elias

Me quedé atónito cuando escuché el discurso del senador Manlio Fabio Beltrones en la ceremonia de entrega de la medalla Belisario Domínguez:

"Hubo una vez, un tiempo en que México pudo crecer con justicia social y visión de futuro. Hubo una vez que nuestro país creció por 12 años, a tasas sostenidas del 6.5 por ciento (...) Fue un tiempo en que México diseñó y ejecutó un original y exitoso modelo de desarrollo (...) Un tiempo que fue conocido como 'el milagro mexicano'".

Y yo que siempre he esperado mesiánicamente ver y vivir el milagro mexicano, ¿ahora resulta que ya pasó? ¿Que mi sueño dorado ocurrió sin siquiera darme cuenta? ¿Pos' cuando, tú? ¿Pos' cuándo pasaron todos esos tiempos maravillosos que debieron haber dado por resultado un país y una sociedad pletórica de bienestar, educación, salud y progreso?

Lo "quiadeber" pasado es que el Lic. Beltrones tiene una definición de "milagro" muy distinta a la mía.

Para mí se llama milagro cuando ocurre algo que parecía imposible que ocurriese o cuando se hace mucho más de lo que normalmente se puede hacer con los medios disponibles.

Ahora bien, si el milagro al que se refería es uno de esos a los que se les atribuyen ciertos orígenes sobrenaturales, la cosa está peor, porque si no creo en intervenciones divinas, mucho menos en milagros derivados de intervenciones priistas o perredistas, y ni siquiera panistas, por más que oren o se adjudiquen línea directa de comunicación al cielo.

De ninguna manera es comparable el llamado "milagro" japonés o alemán, con lo ocurrido en México en épocas de "gloria" priista, ni en las pasadas y presentes "glorias" panistas.

Y para demostración basta comparar los resultados japoneses y alemanes con los mexicanos y lo que cada uno de estos países hizo para estar donde están.

No me alcanza este espacio para explicarlo, pero el "milagro" japonés se debió entre otras cosas a factores como: la educación, la organización industrial, la solidaridad, el ahorro, la imitación positiva, el perfeccionismo, y a valores espirituales plurales que practican e influencian su vida basados en el aquí y ahora, no en el pasado o el futuro. Ni pasados gloriosos como a los que el senador Beltrones se refiere, ni promesas políticas de un futuro mejor o esperanzas místico-religiosas de otra vida y otro mundo mejor.

Por su parte, el "milagro" alemán se debió a una...

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