Ricardo Elias / Miopía social

AutorRicardo Elias

Se le llama "sociedad" al conjunto de personas que se relacionan entre sí de acuerdo con unas determinadas reglas de organización jurídicas y consuetudinarias (costumbres), y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados.

Pero como los mexicanos tenemos siempre nuestra propia versión de todo, hemos conformado una sociedad sui géneris, en la que las reglas jurídicas establecidas son violadas por los usos y costumbres. La costumbre, la mala costumbre diría yo, es ignorar las leyes establecidas por y para todos.

Esta costumbre de ignorar la ley se ha convertido en una enfermedad que llamaría "miopía social", la cual impide ver cómo los abusos, atropellos y el incumplimiento cotidiano de leyes, reglamentos y normas de conducta afectan al todo.

Creemos que mientras individualmente estemos bien, las afectaciones conscientes o inconscientes que provocamos al conjunto social no tienen consecuencias para nadie, y por lo tanto ni nos importan ni nos perturban.

Y así lo creemos porque los efectos negativos de violar la ley o de abusar de alguien no se ven inmediatamente, en cambio los beneficios sí, especialmente cuando la impunidad en México es casi una garantía (99.3% de los delitos cometidos no se castigan). Este solo dato nos dice que lo que debemos combatir es la impunidad (la causa) y no la corrupción (el efecto).

Pensamos que nuestros "pecadillos" son irrelevantes y de ninguna manera nos sentimos corresponsables del deterioro social, el cual atribuimos a los grandes pecadores, a los grandes delincuentes, sin ver que éstos emanan de nosotros mismos.

En una sociedad enferma de "miopía social", la creencia es que: "todos es nadie", mientras que en una sociedad sana el pensamiento colectivo es al revés: "todos son yo".

Cumplir la ley significa pensar en los demás y en muchos casos, elevar costos, posponer beneficios, esperar turnos o hacer rodeos; violarla, en cambio, significa pensar en uno mismo, ganar más, pasar primero, una vida de lujos y placeres inmediatos. Estoicismo versus epicureísmo.

Ese mundo sin escrúpulos, de placeres y dinero fácil, que además es socialmente tolerado y hasta valorado, es sumamente atractivo para aquellos cuyas ambiciones son mayores a las ganas de trabajar.

Gracias a la impunidad, el camino más rápido y seguro para ganar dinero es el de la delincuencia. El ahorro, el trabajo arduo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR