Ricardo Elias / Vigilar a los que vigilan

AutorRicardo Elias

Cuando se hace algo bien hay que decirlo y cuando se hace algo mal o equivocado también, así de simple, con objetividad y sin sesgos derivados de intereses personales, aversiones o afinidades afectivas o políticas.

En congruencia con lo anterior, toca felicitar al Gobierno federal por las acciones emprendidas para acabar con el robo de gasolina, así como criticarlo por el posterior cierre de los oleoductos y el desabasto de gasolina ocasionado.

El hecho de que cuatro mil miembros de las Fuerzas Armadas hayan tomado 73 instalaciones estratégicas de PEMEX y seis refinerías, quitándole al sindicato petrolero el manejo de zonas "restringidas" como lo es el centro de monitoreo del combustible al que anteriormente ni los funcionarios del Gobierno podían entrar y donde obviamente se monitoreaba tanto la distribución legal de gasolina como su robo, me parece un acierto de resultados inmediatos y contundentes, logrados por la simple voluntad política para hacer lo obvio, lo que cualquier empresario haría si se da cuenta que le están robando: intervenir la empresa, tomar el control del dinero y los activos, y así al menos parar el robo.

Ya luego habrá tiempo para investigar y atrapar ladrones o provocar que los cerebros ocultos detrás de todo se retiren y comiencen a buscar nuevos "negocios", porque si de algo estoy seguro es que la deshonestidad y la corrupción son males que una vez adquiridos, pueden controlarse mas no curarse.

Según lo informado por AMLO, con la toma de las instalaciones estratégicas se descubrió una red interna en el Gobierno y PEMEX, responsable del 80% del huachicol que representaba un robo de 66 mil millones de pesos anuales, equivalente al 10% de la producción nacional.

El otro 20% del huachicol proveniente de la extracción clandestina de ductos por parte del crimen organizado se comenzó a combatir con una estrategia para mí y para muchos equivocada, y que es la que ha provocado el desabasto, que no la escasez, de gasolina en el País.

Como es sabido, la estrategia, que consistió en cerrar las válvulas de al menos 4 de los 13 oleoductos de PEMEX, interrumpió el suministro a decenas de ciudades, intentando realizar la distribución por medio de camiones cisterna.

Cerrar ductos para que no se roben la gasolina es una mala idea que en lugar de solucionar el problema, lo evade.

Es como cerrar bancos para que no los asalten o vaciar una alberca para que no se orinen en ella.

Y aún siguiendo con esa mala idea, si para poder abastecer...

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