Ricardo Elias / Vine, vi y entendí

AutorRicardo Elias

Cuando hace poco estuve en Giverny, Francia, y vi la casa donde vivió el pintor impresionista Claude Monet. Recordé la famosa frase que Julio César pronunciara frente al Senado romano luego de su victoria en la Batalla de Zela: "veni, vidi, vici" (vine, vi y vencí) y me nació decir algo parecido: "vine, vi y entendí".

En ese lugar de la campiña francesa, ubicado al norte de París, no hablé con ningún senador romano (aunque los amigos con los que iba bien podrían haberlo sido) ni vencí ejército alguno, simplemente yo, en la soledad de mis pensamientos, entendí mucho.

Entendí por qué Monet pintaba lo que pintaba, y a partir de ello, por qué cada persona es como es.

Si este artista todos los días veía, sentía y respiraba el ambiente de los hermosos jardines que rodeaban su casa; si su mundo era de flores y reflejos de árboles en un estanque con islas de nenúfares; si caminaba por senderos bordeados con macizos de lirios azules y tulipanes como si fuera navegando en un idílico "mar de flores"; si su universo era ese, no podía haber pintado otra cosa.

¿Como alguien que vive inmerso en los sentimientos que emanan de la belleza, la paz y tranquilidad, podría ser de otra manera?

Por ello digo que luego de haber ido y visto Giverny, es que entendí mucho.

Entendí cómo el mundo que creamos a nuestro alrededor es capaz de influenciar nuestras vidas, nuestros pensamientos y todo lo que hacemos.

Entendí que si en nuestros propios y mundanos mundos lo único que vemos, oímos y respiramos es basura, ruido e inmundicias; si todo lo aprendemos en contextos violentos, corruptos y depredadores, la única clase de vida que podemos construir para nosotros y para nuestras familias es una de desorden, incoherencias y anarquía.

Y si emulando a Monet, nosotros "pintáramos" la realidad de nuestro entorno, el resultado sería una serie de autorretratos decadentes, estanques convertidos en fosas sépticas, y en lugar de reflejos de árboles sobre el agua, reflejos del caos de nuestras mexicanas vidas, "impresiones que impresionarían a un impresionista" como Monet.

Lo que entendí en Giverny es que somos lo que vemos y oímos, lo que valoramos o despreciamos, pero más que todo, "somos lo que hacemos".

David Popenoe, profesor de Sociología de la Universidad de Rutgers, afirma que los niños aprenden los valores morales dentro de sus familias, y principalmente utilizando a sus padres como "modelos a seguir". Y cuando las familias son inestables, cuando los padres están...

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