Ricardo Legorreta: Constructor de sueños

AutorMarco Antonio Mata, Alejandra A. Reyes y Ricardo Dorantes

Un hombre sencillo con una obra excepcional, así fue el arquitecto Ricardo Legorreta.

El heredero de una tradición arquitectónica que incluye nombres como los de Luis Barragán y José Villagrán falleció el penúltimo día de 2011, con lo que finalizó una trayectoria de más de 50 años.

Su catálogo, tan impresionante como extenso, comprende obras que hoy son referentes de la disciplina: el Hotel Camino Real en Polanco, el Papalote Museo del Niño en la Ciudad de México o el Museo de Arte Contemporáneo en Monterrey, además de una larga lista de creaciones en el extranjero, como la Escuela de Ingeniería en Doha, Qatar.

En esta edición presentamos un reconocimiento al legado de Legorreta, al estilo que hizo propio y evolucionó para presentarlo fuera de México, el recuerdo de amigos y colegas y una nutrida plática con su hijo y brazo derecho, el arquitecto Víctor Legorreta.

Fotos: cortesía Legorreta + Legorreta, Lourdes Legorreta, Allen Vallejo, Luis Gordoa, Yona Schley, Jaime Ardiles-Arce, Cristiano Mascaro y Katsuhisa Kida

OBRA EN EL PAÍS

PASIÓN POR MÉXICO

Amante de México y su cultura, Ricardo Legorreta buscó una arquitectura interesada en la gente. Así puede observarse en su vasta obra que abarca desde propuestas arquitectónicas monumentales hasta el diseño de objetos.

Su trabajo se enriqueció con el uso de elementos tradicionales de la arquitectura vernácula mexicana, como el color, la luz natural y el agua.

En la búsqueda por líneas emotivas, llegaron proyectos como el hotel Camino Real México (1968), en el que puso en práctica el lenguaje que marcaría un estilo. Elementos como muros aplanados, patios y atractivos recorridos fueron claves en este edificio.

Colores vibrantes, como el rosa y el amarillo, así como una celosía y el uso del agua, que se integra en una fuente, son también detalles fundamentales en esa obra.

De la misma manera, la estética creada mediante la luz natural fue fundamental en los diseños del creativo mexicano. En la casa de Los Tres Fresnos (2009), realizada sobre la base de una vivienda de los años 60, pueden observarse, por ejemplo, los juegos lumínicos que se logran a través de domos y pérgolas.

Para lograr una vinculación del interior con el exterior, en esa vivienda se instalaron grandes ventanales que unieron las superficies habitables con la vegetación. A pesar de tener un lenguaje común, se buscó dotar a cada área de una personalidad propia para lograr un diseño contemporáneo y atemporal.

HACEDOR DE HITOS

Su talento y creatividad llevaron a Legorreta a diseñar inmuebles que rápidamente se convirtieron en emblemas urbanos. Es el caso de propuestas como El Museo de Arte Contemporáneo MARCO (1991), en Monterrey, y El Papalote Museo del Niño (1993).

Ese divertido referente citadino destaca por el juego de volúmenes que generan sus figuras geométricas y por el uso de azulejos. Según el sitio web Legorreta + Legorreta, el empleo de la luz natural y los colores hacen de esta obra un edificio alegre y emocionante, lo que alude a la cultura mexicana.

Entre los últimos proyectos de Ricardo se encuentra la Torre Ejecutiva BBVA Bancomer que diseñó en conjunto con el inglés Richard Rogers, la cual actualmente se encuentra en proceso de construcción. Celosías reforzadas con conexiones de acero y cristales con perfiles de aluminio distinguirán la fachada de este inmueble de 50 niveles.

El diseño contemporáneo y la tecnología sustentable harán de ella un referente más en la trayectoria de Legorreta, cuya estética resulta un legado que despidió a uno de sus representantes más significativos.

- Un sofisticado equilibrio entre luz, color y agua se conjugó en el Camino Real México.

- Mediante formas básicas, en el Museo del Papalote se generó un lenguaje que los niños identifican fácilmente.

- Una paloma, diseñada por Juan Soriano, acompaña la estética de la plaza de acceso del Museo MARCO.

- La torre BBVA Bancomer, ubicada en Reforma, contará con zonas abiertas y ajardinadas y concluirá en 2013.

- Los ventanales de la casa Los Tres Fresnos fueron fundamentales para vincular el exterior con el interior.

OBRA EN EL EXTRANJERO

CONSTANCIA QUE REBASÓ FRONTERAS

Una casa en Los Ángeles, California, para el actor mexicano Ricardo Montealbán fue la primera obra fuera del País que Ricardo Legorreta edificaría en 1985.

Para ese proyecto, Montealbán le pidió al arquitecto demostrar que México no sólo contaba con charros y burros, sino también con llamativas obras residenciales.

A la postre, el estilo de Legorreta comenzó a tomar fuerza no sólo en la República y Estados Unidos, sino también en países de Sudamérica, Europa, Asia y África, desde donde las propuestas comenzaron a llegar: museos, campus universitarios, viviendas, oficinas, recintos religiosos y hoteles, entre otras.

Uno de esos proyectos fue el Sheraton de Bilbao, donde el creativo se basó en las piezas escultóricas del desaparecido artista español Eduardo Chillida. Ese complejo, el primero que realizó en España, se localiza muy cerca del Museo Guggenheim. El inmueble, con la forma parecida a la de un trapecio, tiene 11 niveles y cuenta con 220 habitaciones trazadas a la escala europea, es decir, son de menor tamaño.

La estructura del Sheraton la hizo a base de concreto, mientras que los muros exteriores los trazó con mármol travertino iraní y estuco de colores rojo y amarillo.

Al emular el estilo de esculpir de Chillida, el artífice realizó una serie de perforaciones en los cuartos para diseñar las ventanas. Con ello logró nueve ventanillas que se ven a través de un cristal. La del centro es abatible, y las ocho restantes, fijas.

ORIENTE Y AMÉRICA

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