Ricardo Elias/ Opinión propia

AutorRicardo Elias

Preguntarle a un profesional, a un artista, a un escritor o a un político serio, qué siente respecto a las opiniones y críticas de lo que hace, es como preguntarle a un poste qué siente respecto a los perros.

Opinar y criticar ha sido siempre más fácil que hacer. La crítica, para ser constructiva, requiere de una gran dosis de responsabilidad y conocimiento del trabajo necesario para hacer las cosas y su grado de dificultad. Criticar algo presupone que se puede mejorar. El asunto es que no siempre el que critica necesariamente sabe cómo hacer mejor las cosas.

Todo el que hace algo está expuesto a la crítica. De los hacedores hay quienes dan lo mejor de sí y tienen un alto grado de conocimiento y profesionalismo en lo que hacen. Para ellos, recibir una crítica negativa es como haber hecho un pastel con los mejores ingredientes, haberlo decorado cuidando todos los detalles, y que llegue alguien a sentarse en él.

La crítica, por más honesta que sea, es difícil de aceptar, particularmente de un familiar, de un conocido o de un extraño. Esto quiere decir -si lo vuelven a leer- que la crítica es difícil de aceptar venga de donde venga, sobre todo cuando el que opina es alguien que dice saber el camino, pero nunca ha manejado el auto.

Hay otros hacedores: los incapaces, improvisados y tendenciosos, que además ocupan puestos importantes, son los "líderes de opinión" más peligrosos, pues tienen el foro para hablar y proponer estupideces que nos perjudican a todos, poniéndose "de pechito" para que periodistas inteligentes, mordaces o sádicos gocen haciéndolos pedazos al publicar su estrechez mental o sus incapacidades.

La llamada "opinión pública" es una especie de chisme organizado, en el que cada "líder de opinión", cada reportero o editorialista, en su foro, se vuelve un agente 007, con licencia para matar con sus críticas y opiniones, como se mata a las moscas "a periodicazos".

Es muy cuestionable la validez de esa "dizque" opinión pública, pues en realidad es la opinión de unos cuantos que expresan su visión particular en distintos foros a favor o en contra de algo. Voces "formadoras de opinión" sólo porque nadie las contradice públicamente, convirtiendo sus personales puntos de vista en "verdades" aparentemente aceptadas por todos. Es, al mismo tiempo, la opinión de todos y de nadie. ¿Quién es el público y cómo opina?

Así son también las llamadas consultas públicas, en las que los llamados "líderes de opinión" son los únicos que opinan acerca...

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